Los buitres son aves rapaces del orden Falconiformes. Una cabeza exenta de plumas proporciona a los buitres su imagen más característica, algo que facilita las labores de higiene después de una comida.
Estas aves pueden encontrarse en cualquier parte del mundo con excepción de la Antártida y Oceanía, los únicos lugares del mundo donde no les veremos acechar a sus posibles víctimas. Salvo contadas excepciones, los buitres casi nunca matan directamente a los animales de los que se alimentan, sino que son aves carroñeras y a pesar de su injusta reputación, cumplen con una importante función ecológica retirando materia orgánica en descomposición y reincorporándola directamente a las redes tróficas animales.
Todas las especies de buitre están adaptados para volar a gran altura. Debido a su gran tamaño, los buitres deben aprovechar las corrientes calientes de aire para elevarse en las extensas llanuras sobre las que planean para identificar con una privilegiada vista la carroña que les sirve de alimento. Pueden volar durante largo rato, en círculo, sin apenas mover las alas aprovechando al máximo la energía necesaria para el vuelo. A diferencia de los buitres del Viejo Mundo, los buitres americanos poseen además un gran olfato.