"Mi cuerpo era una bomba con una cuenta atrás, pero ahora tengo esperanza".
Oscar Larrainzar, de 41 años y padre de cuatro hijos, se encuentra en su hogar recuperándose de una intervención pionera que le va a devolver parte de una vida arrebatada por el cáncer.
Oscar, quien hablaba para The New York Times tras salir de una consulta de seguimiento con sus médicos, ha sido el receptor del primer trasplante de vejiga del mundo. Una operación que ha requerido de una cuidadosa preparación por parte de médicos, investigadores y cirujanos de la Universidad de California en Los Ángeles. Liderando el proyecto, los cirujanos Inderbir Gill y Nima Nassiri, afirmaron que la operación había sido un éxito tal que podría considerarse un sueño hecho realidad para cualquier cirujano.
Pero no sólo la operación fue un éxito, sino que el seguimiento postoperatorio también indujo a los médicos a pensar que, efectivamente, en aquel quirófano se acababa de realizar una hazaña que pasará a los anales de la medicina.
Nick Carranza, UCLA Health
Los doctores Nima Nassiri (izda.) e Inderbir Gill (dcha.) colaboraron durante años en investigación clínica para preparar esta operación histórica.
Como explicaba el doctor Nassiri: "El riñón produjo inmediatamente un gran volumen de orina, y la función renal del paciente mejoró de inmediato. No hubo necesidad de diálisis después de la operación, y la orina drenó correctamente en la nueva vejiga". Es decir que, a partir de la intervención, Oscar podría ir al baño como cualquier otra persona, algo que no podía disfrutar desde que cuatro años antes le extirpasen gran parte de la vejiga por un cáncer.
Técnicamente, Oscar no es el primero en recibir un trasplante de vejiga completo
El impresionante avance médico realizado en el interior de Oscar es el resultado de varias décadas de avances médicos. Desde la cada vez más precisas herramientas quirúrgicas, hasta la experimentación previa que ha permitido conocer al detalle la anatomía del sistema urinario. En este caso, mayor problema a la hora de plantear un trasplante de vejiga habían sido los numerosos vasos sanguíneos que irrigan la zona, que forman un entramado de canales que llevan la sangre al órgano.
Cuando se va a realizar una extirpación de la vejiga, como le había ocurrido a Oscar varios años atrás, es importante cortar y cauterizar todas las venas y arterias para evitar que el paciente pierda mucha sangre. Pero cuando se va a realizar un trasplante, no solo hay que pensar en la pérdida de sangre, sino que hay que aplicar conocimientos de "fontanería biológica" para conectar los vasos sanguíneos del órgano trasplantado con los del paciente. Que esta parte del procedimiento salga bien es vital a la hora de lograr el éxito de la intervención.
Nick Carranza/UCLA Health
Los cirujanos de la UCLA mientras realizaban la primera operación de trasplante de vejiga de la historia
Por estos motivos los cirujanos habían estado practicando la técnica durante varios años. Primero comprobaron que era posible con ratones, luego vieron la viabilidad en animales mayores con cerdos y, finalmente, depuraron las técnicas concretas para humanos con personas con muerte cerebral que habían donado su cuerpo a la ciencia. En este último paso los cirujanos practicaron autotrasplantes, es decir, una extracción de la vejiga y su posterior reconexión en el mismo cuerpo.
Sin aquellas prácticas anteriores, lo más probable es que Oscar no siguiese con vida. Afortunadamente, todo fue bien, y en la actualidad se encuentran buscando más pacientes que requieran de esta intervención pionera para seguir devolviendo la esperanza a más personas que, previamente, habían sido desahuciadas por el sistema sanitario.
Por qué es historia de la medicina
Hasta ahora, a los pacientes a los que se le había de extraer parte o la totalidad de la vejiga tenían opciones limitadas para tratar de llevar una vida normal. Una reducción de la vejiga, como le había ocurrido a Oscar, conlleva ir al baño con una mayor frecuencia, lo que suele trastornar muchos aspectos de la vida.
Ahora bien, ante una extirpación completa el cambio es mucho mayor, ya que la intervención más común conlleva la creación de una neovejiga, es decir, un órgano artificial que realizará una función similar. Este órgano artificial se crea o con tejido artificial o extrayendo el íleon, una parte del intestino delgado del paciente, y colocándolo en el lugar donde estaba situada la vejiga. Al volver a unir los conductos, la neovejiga cumple de una forma aceptable las funciones del antiguo órgano, pero tiene otros problemas.
El principal es la incontinencia y la necesidad de acudir forzosamente al baño. Al tratarse de un tejido que no está especializado en la función de orinar, el cuerpo no sabe muy bien cómo detectar las señales y, por tanto, las personas con neovejiga han de ponerse alarmas para orinar, especialmente durante la noche. Si no lo hiciesen, la retención de líquidos podría provocar que el tejido se expandiese demasiado y dañarse. Además, los músculos que controlan la expulsión de la orina dejan de ser los mismos, y esto puede conllevar la necesidad de usar catéteres para provocar la micción, una experiencia que puede resultar desagradable.
Otra opción que tienen los pacientes es la del conducto ileal, una medida más extrema que conlleva una bolsa extracorpórea que hace las veces de vejiga. Esta intervención solía ir acompañada de un gran estigma social, ya que ver un conducto que sale del interior del cuerpo y termina en una bolsa puede resultar chocante para algunas personas. Afortunadamente, existen referentes populares en redes sociales que se han dedicado a quitar los estigmas en este tipo de intervenciones, y en la actualidad es común que las personas las muestren como lo que son: avances médicos que les permiten seguir con vida.
Oscar, por su parte, se encuentra recuperándose bajo la atenta mirada de los médicos y muy agradecido por haber podido formar parte de esta historia. Como explica Inderbir Gill, "el trasplante es una opción de tratamiento que salva y mejora la vida de muchas afecciones que afectan a órganos principales, y ahora la vejiga puede añadirse a esa lista [de órganos trasplantables]".
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