De todos los planetas del sistema solar, sin duda es Marte el que más ha llamado la atención de la humanidad a lo largo de los siglos, a pesar de presentar características que, en un lenguaje coloquial, podríamos calificar "del montón": no cuenta con espectaculares anillos como los de Saturno, ni tiene un tamaño colosal como Júpiter. Sin embargo, lo cierto es que todos somos capaces de proyectar en nuestra mente una foto de él, e incluso enumerar alguna de sus particularidades.
Desde que Galileo Galilei observara Marte por primera vez a través de un telescopio, allá por el siglo XVII, no hemos dejado de resolver preguntas en torno a él: ahora sabemos que es rojo, polvoriento, que tiene dos lunas –Fobos y Deimos–, que su atmósfera es irrespirable y que pudo albergar agua en su pasado.
Pero al parecer, estos datos no son suficientes para saciar la curiosidad del ser humano con respecto a su vecino. Ahora, un nuevo plan de la NASA –enmarcado en el programa de Conceptos Avanzados Innovadores (NIAC, por sus siglas en inglés)– no solo tiene como objetivo final llevar humanos a Marte, sino a su vez superar el principal obstáculo que se interpone en esta misión: la enorme distancia entre ambos planetas.
Con un sistema de propulsión desarrollado por Howe Industries que "puede generar hasta 100.000 Newtons de empuje con un impulso específico (ISP) de 5.000 segundos", según indica el comunicado oficial de la NASA, se estima que el tiempo de llegada podría reducirse a 2 meses, frente a los 5-10 estimados hasta ahora.
¿en qué consiste el "nuevo" sistema de propulsión?
Bautizado como cohete de plasma pulsado (PPR, por sus siglas en inglés), este nuevo sistema podría revolucionar el panorama futuro de la civilización espacial. Y es que, de acuerdo con la información oficial, presenta la capacidad de mover tanto carga como humanos de manera eficiente y rápida, no solo al planeta rojo, sino también a otras ubicaciones lejanas como el Cinturón de Asteroides.
Steven Howe / NASA
Representación del cohete de plasma pulsado: Concepto de tránsito rápido y blindado de seres humanos a Marte.
El cohete nace del concepto de fusión de fisión pulsada, el cual utiliza explosiones nucleares para generar fuerza de empuje (medida en Newtons), "pero es más pequeño, más simple y más asequible" que el prototipo planteado por primera vez (y nunca culminado) por Stanislaw Ulam en 1946, durante el Proyecto Manhattan.
Alternativamente, el PPR permite el transporte de naves espaciales mucho más pesadas que están equipadas con blindaje contra los rayos cósmicos galácticos -procedentes de los restos de las supernovas, según indica el Organismo Internacional de Energía Atómica (IAEA), reduciendo así la exposición de la tripulación a niveles insignificantes.
¿qué es y Cómo avanza el programa NIAC de la NASA?
Como hemos mencionado anteriormente, el sistema de propulsión desarrollado por Howe Industries, que ya ha recibido la financiación de la NASA, forma parte de un programa mucho más amplio: el NIAC. Este fue creado originalmente en 1998 y funcionó hasta 2007, para más tarde reestablecerse en 2011, y tiene como objetivo ofrecer respaldo a "estudios en etapas iniciales para evaluar la viabilidad de tecnologías que podrían respaldar futuras misiones aeronáuticas y espaciales".
Actualmente, engloba seis estudios conceptuales visionarios en términos de exploración espacial, entre ellos: el cohete de plasma pulsado, un sistema ferroviario lunar o un telescopio basado en fluidos.
Recientemente la agencia ha anunciado que todos estos conceptos tecnológicos innovadores, "similares a los de la ciencia ficción", ya han superado su fase I de estudio, y por ello se estima que en 2024 inicien la siguiente etapa, para la que se destinarán alrededor de 600.000 dólares.
Concretamente, la Fase I del PPR se centró en la evaluación de la neutrónica del sistema, diseño de la nave espacial, el sistema de energía y los subsistemas necesarios, el análisis de las capacidades de la boquilla magnética y la determinación de trayectorias y beneficios. Por su parte, la Fase II planea, a partir de los resultados, optimizar el diseño del motor, realizar pruebas de los componentes principales y, por último, completar el diseño de la nave blindada.
Para alcanzar esa meta, es posible que todavía quede mucho tiempo y trabajo por delante, y esto se debe a que las propuestas de la comunidad científica avanzan a una velocidad mayor que la sofisticación de los recursos tecnológicos. Sin embargo, la NASA está involucrando a los mejores y más innovadores empresarios del país para alcanzar su "sueño" de transportar humanos a Marte: un hito que cada vez parece estar más cerca de hacerse realidad.