La temporada de huracanes del Atlántico, que suele extenderse aproximadamente entre principios de junio y finales de noviembre, está entrando en su etapa final, pero no por ello observaremos una menor cantidad de estas tormentas. De hecho, hace tan solo unos días os contábamos en otro artículo de National Geographic cómo había sido el paso del devastador huracán Helene por los estados sur de Estados Unidos, que terminó siendo uno de los más mortíferos en 20 años.
Esta semana, la meteorología ha vuelto a sorprendernos con la formación de otro ciclón tropical que se ha intensificado de forma repentina, alcanzando la categoría 5 con una rapidez inusual, y que, después de perder fuerza, ya ha tocado tierra en el estado de Florida causando fuertes inundaciones. Así ha sido su llegada.
tocando tierra
Milton es el 9º ciclón de esta temporada de huracanes, y uno de los más intensos jamás registrados en la cuenca del Atlántico. Se formó el pasado sábado 5 de octubre de 2024 sobre el suroeste del Golfo de México como una depresión tropical, pero poco después alcanzó la categoría de tormenta, y tan solo 24 horas más tarde ya era un huracán de categoría 1, según el Centro Nacional de Huracanes (NHC).
Esta intensificación tan drástica tiene que ver con unas serie de condiciones concretas que se dieron en el lugar al mismo tiempo. Por un lado, la temperatura ambiental y del océano sigue siendo particularmente alta incluso para la época del año, favoreciendo la humedad y la evaporación, que son absorbidas por la tormenta. Por otro, había una baja cizalladura del viento, es decir, poca diferencia en su dirección o velocidad entre dos puntos de la atmósfera, favoreciendo que se creara la estructura de un huracán.
Pero su espectacular desarrollo estaba lejos de terminar, y durante las siguientes 24 horas (de domingo 6 a lunes 7 de octubre) aumentó su fuerza más de 95mph a un ritmo realmente acelerado, convirtiéndose finalmente en una tormenta de categoría 5 con vientos máximos de alrededor de 180 mph (más de 280 kilómetros por hora).
Así, Milton se convirtió en el segundo huracán en alcanzar la máxima categoría esta temporada en el Atlántico, siendo Beryl el primero el pasado mes de julio, y avanzó hacia el este para finalmente tocar tierra en la Bahía de Tampa, en Florida, el miércoles 9.
A su llegada, el huracán ya había empezado a perder intensidad, bajando a la categoría 3 y unas horas más tarde a la categoría 1 de la escala de Saffir-Simpson. Aun así, a su paso ha provocado inundaciones con fuertes vientos que han destruido infraestructuras y se han cobrado algunas vidas, aunque hasta la fecha se desconocen las cifras exactas.
Adelantándose al hecho de que este huracán iba a ser potencialmente muy peligroso, el estado de Florida ya había puesto en marcha preparativos y evacuaciones, sobre todo en las zonas de más riesgo, para tratar de mitigar los posibles daños.
una temporada más intensa
Algunas instituciones encargadas del control meteorológico ya habían avanzado que esta temporada de huracanes tenía el potencial de ser más intensa que otros años. Esto se debe principalmente al estado actual del cambio climático, que ha provocado un calentamiento global que incrementa la frecuencia y la fuerza de los fenómenos meteorológicos extremos.
Entre ellos, ha provocado un ambiente adecuado para la formación de huracanes en puntos concretos del planeta, aumentando también su peligrosidad. En zonas del Atlántico más alejadas del Golfo de México y del Caribe, como podría ser la costa de Europa, la cizalladura del viento suele ser mucho más alta y por tanto rompe los sistemas de tormentas. Ocasionalmente, los restos de un huracán que ha tenido un gran impacto en otras zonas llegan al oeste de Europa como una borrasca, como ha sido recientemente el caso de Kirk.