El Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, ha lanzado una advertencia clara y contundente: los impactos devastadores del cambio climático están golpeando con especial fuerza a las comunidades del Pacífico, y el tiempo para actuar se está agotando.
Durante su reciente visita a Tonga, Guterres pudo observar de cerca cómo la población afronta diariamente las consecuencias de un fenómeno que avanza sin tregua. Desde lluvias torrenciales e inundaciones repentinas hasta el implacable aumento del nivel del mar, la realidad en estas islas es un recordatorio tangible de que el calentamiento global no es una amenaza distante, sino una crisis urgente que afecta vidas en este mismo instante.
"Estoy en Tonga para lanzar un SOS global: Salvemos nuestros mares. El nivel medio global del mar está aumentando a un ritmo sin precedentes en los últimos 3.000 años. El océano se está desbordando debido al cambio climático".
La voz de Guterres no solo es un eco de preocupación, sino una llamada imperativa a la acción. Su mensaje es claro: los efectos del cambio climático ya no pueden ser ignorados, especialmente cuando amenazan con borrar del mapa a comunidades enteras que han habitado estas islas durante siglos.
Los datos de la Organización Meteorológica Mundial
La advertencia de Guterres adquiere más resonancia si tenemos en cuenta la publicación del informe “State of the Climate in the South-West Pacific 2023” de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
Este informe revela datos estremecedores: el nivel del mar en la región del Pacífico suroeste está aumentando a un ritmo superior al promedio mundial, y las temperaturas de la superficie del mar han aumentado tres veces más rápido que la media global desde 1980.
Durante este período, las olas de calor marinas han duplicado su frecuencia, se han vuelto más intensas y duran más tiempo. Estos fenómenos amenazan directamente la supervivencia de las comunidades costeras y de las megaciudades como Daca, Los Ángeles, Bombay y Shanghái, poniendo en riesgo la vida de millones de personas.
El Secretario General de la ONU estuvo de visita en Tonga, donde pudo observar de cerca cómo la población afronta diariamente las consecuencias de un fenómeno que avanza sin tregua.
El informe también subraya que la situación en el Pacífico es especialmente precaria. A pesar de que las islas del Pacífico representan solo el 0,02% de las emisiones globales, su exposición es única debido a su baja altitud y a la proximidad de la mayoría de su población e infraestructura a la costa. El aumento del nivel del mar, que ha sido aproximadamente de 10 a 15 cm en el Pacífico occidental tropical desde 1993, amenaza con inundar estas tierras y desplazar a millones de personas.
Otras regiones amenazadas
Pero el problema no se limita solo a esta región. Alrededor de mil millones de personas en todo el mundo viven en zonas costeras amenazadas por el océano en expansión. Sin embargo, aunque se espera que el nivel del mar continúe aumentando durante el siglo XXI, su escala, ritmo e impacto dependen de nuestras decisiones actuales y futuras.
El informe también destaca que, además del cambio climático, la variabilidad natural reflejada en fenómenos como El Niño y La Niña afecta significativamente el calentamiento de las capas superiores del océano en la región, redistribuyendo grandes cantidades de calor hacia las capas más profundas. Esto agrava la situación en un océano que ya ha absorbido más del 90% del calor extra atrapado por los gases de efecto invernadero, transformándose de un aliado vital en una amenaza creciente y, probablemente, irreversible por siglos.
No obstante, en medio de este panorama sombrío, existen iniciativas prometedoras como el Programa Weather Ready Pacific, parte de la iniciativa internacional de Early Warnings for All. Estas advertencias tempranas son esenciales para medidas proactivas como planes de evacuación, asignación de recursos y refuerzo de infraestructuras. El tiempo para actuar es ahora, y cada momento perdido pone en riesgo nuestro hogar común.