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El bucardo, la única especie que se pudo considerar realmente desextinguida, ocurrió en España

No, no se trata de los lobos gigantes de Colossal Biosciences, esta especie se desextinguió empleando técnicas de clonación que sí que creaban individuos idénticos al original del bucardo, la mayor especie de cabra pirenaica.

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Daniel Pellicer Roig

Biotecnólogo especializado en biomedicina y enfermedades raras

Actualizado a

desextinción
Joseph Wolf

Representación de un bucardo del libro 'Wild oxen, sheep & goats of all lands, living and extinct' (1898) de Richard Lydekker. Boceto de Joseph Wolf.

El año 2003 un animal recién nacido respiraba dificultosamente en una de las salas de la universidad de Zaragoza. En estas instalaciones, el milagro de la vida se escribía más con las letras de la ciencia que con las divinas, puesto que aquel animal que acababa de nacer era el resultado de años de investigación y de una idea muy noble: traer de vuelta de la extinción al bucardo (Capra pyrenaica pyrenaica).

Este animal, que antaño escalabra grácilmente las escarpadas cumbres de los Pirineos, había visto diezmada su población durante desde principios del siglo XX, llegando al punto entrar en una lista dse especies protegidas en el año 1913, en una época donde los animales no eran prioridad. A pesar de los esfuerzos de España y Francia, su población siguió disminuyendo hasta que su último ejemplar, una hembra apodada Celia, fue hallada sin vida el 6 de enero del año 2000, aparentemente después de que fuese aplastada por la caída de un árbol.

Tras esta tragedia, el bucardo pasó a engrosar una lista de nombres de viejas glorias cuya vida había llegado a su fin: El dodo, las aves elefante, la paloma peregrina, o el tigre de Tasmania, y ahora el majestuoso bucardo pasaba a formar parte de los animales extintos por la acción humana. Ahora bien, al contrario de los otros animales, la extinción del bucardo contaba con un último as bajo la manga: la tecnología. Con el nacimiento de Dolly, la primera oveja clonada del mundo, y conocimiento cada vez más refinado del funcionamiento celular, a un grupo de investigadores de distintas universidades españolas y sas se les ocurrió que podrían emplear las células extraídas de Celia para devolverla a la vida y, con ello, desextinguir la especie.

De vuelta a la vida

El método empleado para la recuperación del bucardo se denomina transferencia nuclear, y consiste en la introducción del núcleo de una célula somática (como puede ser una de la piel) en un oocito (una célula reproductora) a la que previamente se le ha quitado el núcleo. De este modo se recoge la información genética del animal que se quiere clonar y se introduce en una célula con la capacidad de crear un embrión. De este modo se crea un clon del animal inicial que, en este caso, sería de Celia, el último bucardo.

Para maximizar las posibilidades de éxito, en dos intentos se intentaron trasformar aproximadamente 750 células. De la primera tanda, la técnica únicamente creó 54 oocitos transformados que llegaron a dividirse hasta formar entre 3 y 6 células o a otro estadio más maduro llamado blastocisto; en la segunda el número fue mayor, 154. Una vez listos, las pequeñas células se implantaron en las especies genéticamente más parecidas para evitar los rechazos, las cabras domésticas y las cabras pirenaicas, así como híbridas entre domésticas y pirenaicas.

De los 208 implantes a 57 cabras distintas, únicamente 7 acabaron en embarazo exitoso. De aquellos 7, 6 embriones fallecieron antes de los 75 días de gestación, en el interior de las madres. Estos embriones, o fueron absorbidos de nuevo por el cuerpo de la cabra o abortados de forma natural, sin que se pudiese hacer nada al respecto. Pero una única ejemplar sobrevivió los 162 días de gestación y nació, por cesárea, ante los atentos cuidados de los investigadores.

Las estrellas fugaces se apagan con rapidez

La cría nació viva y, como cualquier bucardo, siguió sus primeros instintos y trató de revolverse y ponerse de pie. Sin embargo, los investigadores notaron desde el primer momento que algo no iba bien. Su respiración era agitada, más de lo habitual para una cría recién nacida. Por ello, trataron de ayudarla a que respirase para lograr que el preciado aire llegara a sus tejidos. Hicieron todo lo que estaba en sus manos para lograr que la pequeña hembra respirase, pero tras menos de 10 agónicos minutos, la pequeña hembra falleció.

El posterior análisis mostró que la criatura había nacido con un lóbulo de pulmón extra que no estaba conectado al tracto respiratorio. Esta malformación, que además ocupaba gran parte de su tórax, le impedía llenar los pulmones funcionales de aire y por ello se ahogó al nacer. Así, un defecto pulmonar marcó el punto y final del bucardo, la única subespecie hasta la fecha que se considera que ha sido desextinguida y, lamentablemente, extinguida dos veces.

El caso de los lobos gigantes de Colossal Biosciences, como ya hemos explicado en este artículo, nada tiene que ver con la desextinción, sino que se han modificado células de lobos comunes para traer una especie similar al lobo gigante. En cambio, con el bucardo, los posteriores análisis del ADN nuclear confirmaron que el clon era genéticamente idéntico a Celia, lo que significa que era, sin lugar a dudas, un bucardo, no una quimera.