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Los desastres naturales más devastadores en Europa en el último siglo: inundaciones, terremotos, olas de calor...

Después de la DANA que ha azotado Valencia surge la pregunta: ¿cómo puede Europa prepararse mejor ante una amenaza climática que no cesa en su avance?

Sergio Parra
Sergio Parra

Periodista especializado en temas de ciencia, naturaleza, tecnología y salud

Actualizado a

Inundaciones Alemania 2021
dpa/picture-alliance / Cordon Press

En julio de 2021, lluvias torrenciales causaron graves inundaciones en Alemania y Bélgica. 

En el transcurso de su historia, Europa ha sido testigo de desastres naturales devastadores: terremotos, incendios, inundaciones y olas de calor, cada uno dejando huellas imborrables en el tiempo y en sus sociedades. 

Estos eventos han significado más que destrucción, pues han brindado lecciones para mejorar la infraestructura, perfeccionar los protocolos de emergencia y minimizar el número de víctimas cuando los fenómenos se repiten. Sin embargo, el 29 de octubre de 2024, después de que la DANA azotara Valencia, es inevitable preguntarnos: ¿cómo puede Europa prepararse mejor ante una amenaza climática que no cesa en su avance?

Las últimas catástrofes

A lo largo de los años, la exposición de Europa a fenómenos meteorológicos extremos ha aumentado considerablemente, en gran parte impulsada por el cambio climático y el crecimiento urbano descontrolado. Estos son algunos de los más devastadores:

  1. Inundación del Mar del Norte (1953): una tormenta combinada con marea alta rompió los diques en los Países Bajos y el Reino Unido, causando 2.500 muertes, dejando extensas áreas inundadas y destruyendo infraestructura, lo que impulsó mejoras en sistemas de protección marítima.

  2. Terremotos en Turquía (1939, 1999 y 2023): Turquía ha sufrido varios terremotos devastadores, entre ellos el de 2023 con 50.096 muertes, el de 1999 en Izmir con 17.000 fallecidos y el de 1939 en Erzincan, que dejó 32.700 víctimas y provocó un tsunami en el mar Negro.

  3. Catástrofe de la presa de Malet (1959): La presa en la Costa Azul se rompió tras fuertes lluvias, generando una violenta inundación que arrasó pueblos y causó 421 muertes, con pérdidas materiales significativas.

  4. Desastre de la presa Vajont (1963): un deslizamiento de tierra colosal en la presa de Vajont en Italia provocó un megatsunami que destruyó pueblos y causó la muerte de unas 2.000 personas.

  5. Terremotos en Italia (1980, 2009 y 2016): Italia ha sido sacudida por terremotos importantes, siendo el peor el de Irpinia en 1980 con 3.000 muertos, seguido por el de L'Aquila en 2009 con 309 fallecidos y el de Amatrice en 2016 con 299 víctimas.

  6. Ola de calor en Francia (2003): una ola de calor sin precedentes causó la muerte de 14.802 personas en Francia, destacando la vulnerabilidad de las infraestructuras y los servicios de atención a las altas temperaturas.

  7. Incendios en Portugal (2017): una serie de incendios forestales devastadores en junio de 2017 en Portugal dejaron 65 muertos y destruyeron 30.000 hectáreas, suscitando críticas a las políticas forestales y de prevención de incendios.

  8. Inundaciones en Alemania y Bélgica (2021): torrenciales lluvias en julio de 2021 provocaron graves inundaciones en Alemania y Bélgica, con un saldo de 230 muertos, siendo uno de los desastres de este tipo más graves en Europa en décadas.

  9. Ola de calor en Reino Unido (2022): una ola de calor histórica en 2022 rompió récords en Reino Unido, con temperaturas que alcanzaron los 40º C, contribuyendo a unas 3.000 muertes adicionales en un país sin preparación para estas condiciones.

  10. DANA en Grecia, Bulgaria y Turquía (2023): la tormenta extrema Daniel causó lluvias torrenciales en septiembre de 2023 en Grecia, Bulgaria y Turquía, dejando 14 muertos y generando graves inundaciones, además de provocar un desastre en Libia tras el colapso de dos presas.

En 2023, la temperatura global alcanzó un récord en más de 100.000 años, destacando a Europa como el continente que más rápido se calienta en el mundo. Estas condiciones generan una combinación letal de riesgos: desde sequías e incendios forestales hasta inundaciones y tormentas extremas. En este contexto, el reciente Informe sobre Riesgos Mundiales 2023, publicado por la Universidad Ruhr de Bochum, ofrece un panorama revelador sobre la vulnerabilidad global ante desastres naturales, mostrando que, a pesar de los esfuerzos, Europa no está exenta de riesgos críticos.

El informe se basa en el Índice de Riesgo Mundial, un indicador que mide el riesgo de desastres en 193 países mediante la exposición y la vulnerabilidad social de sus poblaciones. Aunque Europa tiene una media de riesgo relativamente baja de 2,4 en comparación con otras regiones, el informe indica que ciertos países del continente, como España, Italia y Grecia, siguen siendo vulnerables debido a factores tanto geográficos como socioeconómicos. Rusia y Turquía figuran entre los más expuestos de Europa, enfrentando una combinación de fenómenos naturales extremos y vulnerabilidad estructural que agravan el impacto de los desastres.

Vulnerabilidad de Europa
Statista

¿Nos estamos protegiendo adecuadamente?

De acuerdo con el informe de 2023, la vulnerabilidad de una región no depende únicamente de la magnitud del fenómeno natural en sí. Existen otros factores de riesgo que pueden determinar la gravedad de un desastre: la calidad de las infraestructuras, la cohesión social, la solidez de los sistemas sanitarios y la rapidez con la que las instituciones pueden ofrecer ayuda en situaciones de emergencia. 

En este sentido, la fortaleza de Europa radica en su capacidad de respuesta coordinada y en la presencia de una infraestructura más sólida en comparación con otros continentes, aunque todavía hay mucho margen de mejora. La preparación y prevención son los pilares sobre los que la Unión Europea ha intentado construir su respuesta a los desastres naturales.

Para afrontar emergencias de gran envergadura, la UE cuenta con el Mecanismo de Protección Civil, que permite organizar una respuesta integral y coordinada entre los Estados y otros diez países europeos no pertenecientes a la UE. Además, la Reserva para Solidaridad y Ayudas de Emergencia (SEAR), creada en 2021, provee ayuda rápida y fondos para la reconstrucción y el alivio inmediato en situaciones de crisis humanitarias y desastres naturales. La SEAR ha brindado apoyo financiero ante eventos como los terremotos en Turquía en 2020 y 2023, permitiendo una movilización rápida de recursos y personal especializado.

Sin embargo, la capacidad de respuesta de la UE sigue viéndose desbordada frente a la creciente intensidad de las catástrofes.

A medida que el cambio climático continúa intensificándose, el Parlamento Europeo ha solicitado un aumento de los fondos y una agilización en la asignación de recursos del Fondo de Solidaridad de la UE, esencial para los esfuerzos de recuperación. Estas medidas también implican una revisión de la política de cohesión de la UE, sugiriendo que en el futuro se dé prioridad a proyectos orientados a la mitigación y adaptación climática.

 

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