¿Qué hace que una persona logre vivir más de 110 años? Esta es, quizás, una de las grandes incógnitas sobre la que Maria Branyas deja pistas tras su reciente muerte. La mujer, que ostentaba el récord a la persona más longeva del mundo, pertenecía al exclusivo club de los supercentenarios: tenía nada más y nada menos que 117 años, unas facultades mentales en pleno funcionamiento y una salud de hierro.
Así la había descrito en numerosas ocasiones el científico catalán Manel Esteller, quien desde hacía aproximadamente un año se encontraba estudiando sus genes con el fin de desvelar el secreto de una larga (y buena) vida. Ahora, el fallecimiento de "la abuela del mundo", notificado públicamente el pasado 20 de agosto de 2024, no impide a la comunidad científica continuar con esta misión.
En una entrevista ofrecida a Guinness World Records en 2023, Branyas atribuyó su longevidad al "orden, la tranquilidad, la buena conexión con la familia y los amigos, el o con la naturaleza, la estabilidad emocional, el no tener preocupaciones, el arrepentimiento, la positividad y el alejamiento de las personas tóxicas", como también a "la suerte". Pero, más allá de estos factores, ¿qué ha descubierto la ciencia hasta ahora sobre los supercentenarios?
supercentenarios: ¿por qué viven tantos años?
La ciencia y la demografía han determinado, en las últimas décadas, que cada vez es más común que la gente supere los 100 años de edad: según los datos de la División de Población de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), mientras que en el año 1900 solo 92.000 personas en el mundo habían superado esta meta, en 2021 la cifra ascendía aproximadamente a 621.000. Y los expertos estiman, para más énfasis, que sean 3,7 millones en 2050.
El número disminuye considerablemente, sin embargo, tras cruzar la línea de los 110 años. No es fácil (o, mejor dicho, es poco probable) llegar a esa edad: actualmente, hay algo más de un centenar de supercentenarios en todo el mundo, aseguran diversas fuentes. Eso sí, todos ellos comparten la característica de estar excepcionalmente sanos, y ahí es donde reside la clave de las investigaciones en el campo del envejecimiento.
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En 2019, un estudio liderado por el Laboratorio de Tecnología Transcriptómica del Centro RIKEN de Ciencias Médicas Integradoras, y publicado en la revista PNAS, concluyó que el envejecimiento saludable en personas muy longevas tendría que ver con las particularidades únicas de sus linfocitos T, las células del sistema inmunitario que ayudan a proteger el cuerpo de enfermedades e infecciones.
En este sentido, tal y como te contamos en un artículo pasado, los participantes de la investigación detectaron un mayor número de estas células entre la población supercentenaria estudiada con respecto los distintos grupos de control presentes en el análisis.
Es decir: uno de los secretos de estas personas para vivir más años y en mejores condiciones —la mayoría, sin patologías cardiovasculares ni riesgo de padecer enfermedades letales, como cáncer— es un potente sistema inmune, que podría verse todavía más beneficiado por unos hábitos saludables, capaz de matar células infectadas o anómalas. Sin embargo, no es el único.
el caso de marIa branyas: genética, hábitos y entorno
Nació en el 1907 en California (Estados Unidos), lo que significa que fue testigo de acontecimientos que, a día de hoy, ya figuran en los libros de historia. De hecho, regresó junto a su familia a Cataluña, de donde era originaria, durante la Primera Guerra Mundial. Luego trabajó tratando a soldados heridos en la Guerra Civil Española y sobrevivió, en 1976, a su marido, Joan Moret.
No obstante, quizás lo más sorprendente de su biografía es haber superado la pandemia por coronavirus, en la que, según los datos del Ministerio de Sanidad de España, el 95% de los fallecidos tenía más de 60 años. Branyas tenía 53 más (es decir, 113 años) cuando se recuperó de él, convirtiéndose en la superviviente de Covid-19 más longeva del mundo hasta que la sa Lucile Randon también lo superó, con 117.
Asimismo, lo que no sabía Branyas cuando se mudó desde Estados Unidos a España en 1915 es que el lugar donde permanecería durante el resto de su vida podía influir en su longevidad. El sur de Europa, de hecho, es uno de los puntos calientes (o "zonas azules") de envejecimiento elevado, según Esteller: "Esto se cree que es por distintos factores: la dieta, un clima amable y unas interacciones sociales positivas", enumeró en el Diálogo de National Geographic.
Otra de los aspectos destacados de la salud de Branyas a la edad en la que falleció es que, a pesar de tener problemas de audición y movilidad relacionados con su ancianidad, nunca había padecido ningún tipo de cáncer, enfermedad ampliamente asociada al envejecimiento celular. Los datos, en este sentido, la respaldan: si bien es más probable contraer cáncer a medida que la edad avanza, a partir de los 80 la incidencia disminuye, señala Manel Esteller en su libro Hablemos de cáncer (2018). El porqué de ello es lo que continúa siendo un enigma.
Por último, ¿qué hay de la genética? Pues bien, Maria Branyas contaba con un árbol genealógico ciertamente privilegiado: aquellos que se aventuraron a investigar su biografía descubrieron que entre sus antepasados figuraban personas que superaron los 90 años, algo estadísticamente poco habitual para la época a la que se remontan, teniendo en cuenta el año en que nació ella.
Así que, en definitiva, podríamos decir que no existe un único secreto para la larga vida: además de las condiciones que, con orgullo, mencionó en su entrevista de 2023, Maria Branyas contaba con factores físicos a su favor, que pueden haberse dado por genética y también por seguir un estilo de vida saludable. La proporción para cada clave todavía es indeterminada, pero lo que sí está claro es que solo una las dos está completamente en nuestras manos.