En unos días, miles de estudiantes de la generación Z se graduarán de sus respectivas disciplinas con la esperanza de incorporarse paulatinamente al mercado laboral. Una de las formas más extendidas de poner en práctica los conocimientos aprendidos en la carrera es empezando a desarrollar prácticas profesionales en las que se realizan tareas esenciales, lo que permite al joven trabajador no solo familiarizarse con el nuevo puesto de trabajo, sino tomar o con el entorno laboral.
Hace años que la IA se coló en nuestras vidas. Esta tecnología disruptiva forma parte de nuestro día a día. No solo está presente en grandes corporaciones tecnológicas y conglomerados empresariales, sino que la tenemos en casa, a veces sin darnos cuenta. Por ejemplo, la encontramos sin avisar en los buscadores, en algunos electrodomésticos inteligentes y en los servicios de mensajería instantánea de nuestro teléfono móvil, como WhatsApp.
Sin embargo, allá donde puede ser más efectiva –y para algunos, amenazadora– es en el mercado laboral. En los últimos tiempos abundan los ejemplos de empresas que han empezado a sustituir tareas básicas en sus procesos productivos, actividades que tradicionalmente se reservaban sobre todo a trabajadores jóvenes que se incorporaban al mercado laboral y que gracias a ello adquirían experiencia.
¿Está la IA desplazando a los trabajadores más inexpertos? ¿Acabará con la figura del becario">