Esta Experiencia Nacional Geographic fue una propuesta doble para nuestros suscriptores: dos visitas guiadas, a solas y en exclusiva, en torno al lago de Banyoles, en Girona. Por una parte, viajamos en el tiempo nada menos que 7.400 años para descubrir el yacimiento neolítico de La Draga. Por otra, conocimos un molino papelero en activo, el Molino de la Farga d’ Aram, ubicado en un edificio con más de 300 años de historia. 

Un grupo de cuarenta suscriptores tuvo el privilegio de vivir estas experiencias en el Molino de la Farga d'Aram y después, en el yacimiento de la La Draga, acompañados por el director de la revista National Geographic España, Gonçalo Pereira, y guiados por los principales expertos en ambas visitas.

UN VIAJE A LA VIDA COTIDIANA NEOLÍTICA EN LA PENÍNSULA IBÉRICA

La Draga, el enclave neolítico ubicado en el lado norte del lago de Banyoles, fue descubierto en 1990 en un magnífico estado de conservación gracias a las aguas freáticas. Este poblado prehistórico, del que solamente se ha excavado el diez por ciento, ocupaba una superficie aproximada de 15.000 m2. Allí se han rescatado todo tipo de útiles, estructuras de viviendas y restos materiales elaborados con madera o fibras vegetales, que gracias a las condiciones ambientales anaerobias (sin oxígeno), llegaron casi intactos hasta nuestros días. Con estos hallazgos, sumados a los avances de las técnicas arqueológicas, se está comenzando a interpretar la vida cotidiana de una de las primeras comunidades agrícolas y ganaderas de la península Ibérica y su evolución durante casi seis siglos.

Recientemente, en el predio del yacimiento se ha construido un parque neolítico con dos cabañas y un granero que recrean las construcciones originales y presentan reproducciones de objetos y útiles de la época. El proyecto de excavación de La Draga ha quedado en más de una ocasión como finalista del Premio Nacional de Arqueología y Paleontología Fundación Palarq. Parte del enclave tiene una especial característica: se encuentra sumergido bajo el nivel actual de las aguas del lago. Esto implica que para excavarlo, anualmente la zona debe ser drenada, y se le suma el gran desafío de la preservación de los hallazgos.

ASÍ FUE LA VISITA A LA DRAGA

Durante nuestra visita, tuvimos el lujo de ser guiados por los directores del proyecto, los arqueólogos Antoni Palomo y Xavier Terradas. Ellos nos ilustraron sobre las comunidades que habitaron esa zona y su entorno, su modus vivendi y la explotación de los recursos naturales, y sobre las nuevas técnicas de excavación que se utilizan.

UN MOLINO CON MÁS DE 300 AÑOS DE HISTORIA

El Molino de la Farga d’Aram es un edificio industrial situado en el trayecto de uno de los canales procedentes del lago de Banyoles, el canal mayor, que aprovecha el agua para funcionar. Según documentos fechados en 1685, fue construido por entonces con mármol travertino, e inicialmente funcionó como fragua de hierro para luego dedicarse a “l’aram", el cobre trabajado. Durante el siglo XVIII, tuvo su momento de máxima producción llegando a generar 20.000 kg de cobre trabajado al año. Se fabricaban ollas, perolas y calderas, aparte de otras vasijas y utensilios. En 1897, el edificio fue reconvertido en fábrica papelera para producir papel de fumar, blanco y marrón. Pero la actividad de la fragua nunca se detuvo y siguió produciendo y obrando cobre hasta el cierre definitivo, en 1955.

LA FABRICACIÓN DEL PAPEL ARTESANAL

En la década de los 80, el artesano catalán Toni Sardà conoció al pintor chino Dai Bi Hin, y se interesó por la fabricación artesanal del papel. En 1983, fundó el Molino papelero Aquari.

Tras el encargo de la edición de un libro de gran formato con grabados de Antoni Tàpies y textos del poeta J.V. Foix, su papel artesanal llegó a conocerse en todo el mundo. A partir de entonces es utilizado por artistas como Miquel Barceló, Jaume Plensa, Jorge Oteiza, Patrick Loste, entre otros; también se vende en tiendas especializadas de todo el mundo, e incluso en museos, como el MOMA de New York o el Van Gogh Museum de Ámsterdam. En 2013 el molino cerró, pero al año siguiente, Sardà junto a Jordi Torrent, el último trabajador del Aquari, retomaron la actividad como Sastres Paperers. Recuperaron la producción artesanal del papel, un oficio casi extinguido, y se transformaron en el único molino papelero de la provincia de Girona que vende sus productos para el mundo.

LA EXPERIENCIA NATIONAL GEOGRAPHIC EN EL MOLINO

En la visita, a puerta cerrada, recorrimos la historia del papel desde su invención hasta la actualidad. Nos recibió y acompañó Jordi Torrent y su equipo, y con ellos aprendimos los pasos de la elaboración a mano, cuáles son las herramientas básicas del oficio, y vivimos una demostración de todo el proceso. Además, conocimos los secretos del edificio, uno de los pocos exponentes de este oficio a nivel europeo, vimos las piezas históricas que aún alberga y comprendimos el rol que ha desempeñado el lago de Banyoles para esta particular industria.