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Hubbard Brook, el bosque que lleva 60 años siendo un laboratorio natural

Más que un bosque, Hubbard Brook es un laboratorio viviente donde los científicos estudian, experimentan y monitorean cada aspecto de los ecosistemas.

Actualizado a

hubbard brook
Hubbard Brook Ecosystem Study

Fotografía tomada en Hubbard Brook.

En un rincón aparentemente tranquilo de las montañas del noreste de los Estados Unidos, se encuentra un bosque que ha actuado como telón de fondo para algunos de los estudios ecológicos globales más importantes de las últimas seis décadas.

Se trata del bosuqe experimental Hubbard Brook, un entorno que ha facilitado la investigación sobre los ecosistemas en su estado natural y que ha sido crucial para identificar problemas ecológicos en todo el mundo, como la lluvia ácida y los impactos del calentamiento global.

UN BOSQUE, UNA IDEA

En 1955, en el corazón de las Montañas Blancas de New Hampshire, en Estados Unidos, un grupo de científicos y guardabosques eligió una zona boscosa y aparentemente común para emprender un experimento nunca antes visto: el Hubbard Brook Experimental Forest. La idea era muy simple, casi caída de cajón, pero no tan fácil de llevar a cabo: estudiar un ecosistema entero como si se tratase de un laboratorio natural, midiendo con una gran precisión cómo era el movimiento del agua, la circulación de los nutrientes o en comportamiento del entorno cuando sufría algún tipo de alteración.

En otras palabras, fue uno de las primeras aplicaciones de lo que hoy en día se conoce como “ecología de cuenca hidrográfica”. En lugar de analizar organismos y especies de forma aislada, los científicos decidieron que lo mejor era estudiar el ecosistema por completo. Para facilitar la tarea, comenzaron por dividir el bosque en pequeñas cuencas de agua, y comenzaron a tomar nota de todo lo que ocurría en cada una: cuánta agua entraba debido a las lluvias, cuánta salía expulsada por los arroyos, y qué elementos y compuestos iban y venían con ella.

LOS EXPERIMENTOS QUE ABRIERON LOS OJOS AL MUNDO

Pero, quizás, uno de los experimentos más conocidos de todos los que se han realizado en Hubbard Brook sea en el de la deforestación. Así es, en los años 60, en una de las cuencas, los científicos decidieron talar todos los árboles existentes en ella y aplicar herbicidas para evitar que las especies vegetales volvieran a crecer. Y, aunque te pueda parecer una auténtica locura sin sentido, en verdad, tenían un objetivo: ver cuál sería el impacto sobre el ciclo del agua y de los nutrientes.

Hubbard Brook mapa
Hubbard Brook Ecosystem Study

Mapa de Hubbard Brook

Y el resultado fue realmente inesperado: el agua comenzó a escurrirse y fluir mucho más rápidamente por el terreno, provocando que se perdiesen grandes cantidades de nitrógeno, calcio y otros elementos vitales. En definitiva, resultó en el desequilibrio drástico de todo el ecosistema y en un hallazgo completamente inesperado que llevó al bosque al centro de debate ambiental global.

Pero todavía había más: al analizar la composición del agua de lluvia, los investigadores también descubrieron que era inusualmente ácida, algo que parecía no tener relación con la tala de los bosques. De hecho, tardaron todavía años en descubrir que la razón de ello estaba bastante lejos del bosque: estaba directamente relacionada con la contaminación del aire proveniente de fábricas a cientos de kilómetros. Se trataba de la primera evidencia concreta del fenómeno de la lluvia ácida, un problema ambiental que obligó a repensar la relación entre la industria y el medio ambiente.

cartel hubbard brook
Cary Institute of Ecosystem Study

Cartel en el interior de Hubbard Brook.

UN LABORATORIO VIVIENTE

Con el paso de los años, lejos de quedar en el olvido, el valor de Hubbard Brook solo continuó creciendo. A diferencia de otros proyectos que duran pocos años, este laboratorio natural lleva aportando datos de forma constante desde hace más de medio siglo. Es justamente gracias a esa continuidad en la recogida de resultados que los científicos han conseguido observar cómo los ecosistemas responden a alteraciones lentas y acumulativas, como es el caso de los aumentos de temperaturas, la disminución de las nevadas o la alteración de los ciclos estacionales.

De hecho, en la actualidad, este bosque sigue siendo un punto de referencia mundial para el estudio del cambio climático. En él, se monitorean los niveles de carbono que capturan los árboles, la migración de aves e insectos y los cambios que pueden aparecer en la composición de los suelos. Incluso, se han realizado experimentos acerca de cómo los bosques podrían ayudar a mitigar los efectos de cambio climático y del calentamiento global. En otras palabras Hubbard Brook es hoy un modelo de la perfecta combinación entre ciencia, conservación y política ambiental.

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