La atmósfera se ha vuelto a agitar, y con nombre propio: Nuria. Así ha sido bautizada la nueva borrasca de gran impacto por la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), que prevé un violento estallido de viento y agua sobre el territorio español.
Este fenómeno, que ya ha comenzado a gestarse sobre el Atlántico, descargará su furia primero sobre Canarias este jueves, con ráfagas huracanadas e intensas precipitaciones que pondrán en jaque a las islas.
Concretamente, este jueves 3 de abril, España será testigo del embate de la borrasca Nuria, un fenómeno de alto impacto recién nombrado por la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET). Su llegada traerá consigo rachas de viento huracanado, lluvias intensas y un marcado descenso de las temperaturas, empezando por las islas Canarias y extendiéndose posteriormente al oeste peninsular.
En el archipiélago canario, se espera que el rostro de Nuria se muestre con particular severidad. Las islas de Gran Canaria, Tenerife, La Palma y El Hierro se preparan para afrontar vientos que podrían superar los 90 kilómetros por hora en las zonas más expuestas, especialmente en cotas elevadas.
Las precipitaciones, aunque no excepcionales en volumen, podrán alcanzar hasta 15 mm en apenas unas horas, intensificando el riesgo de escorrentías y complicaciones en la red viaria. A esto se suma un aviso naranja por riesgo costero, con olas que podrían alcanzar los 5 metros en las costas más vulnerables.
Cómo evolucionará
Una vez entrada la noche del jueves, la borrasca continuará su avance, alcanzando el oeste peninsular con toda su fuerza. Comunidades como Galicia, Extremadura, Castilla y León y Andalucía occidental se verán afectadas por precipitaciones copiosas —con acumulados previstos entre 50 y 60 litros por metro cuadrado— y por vientos que podrían rozar o incluso superar los 100 km/h en áreas abiertas.
El temporal también arrastrará consigo tormentas y, en ciertas áreas, incluso episodios de granizo, lo que añade una capa de peligrosidad a la evolución de este sistema.
El termómetro, por su parte, no se mantendrá indiferente. Las temperaturas se preparan para un desplome generalizado que hará recordar el invierno en pleno abril. El tercio nordeste peninsular será el epicentro de este descenso térmico, con caídas importantes e incluso extraordinarias en algunas zonas. Ciudades como Logroño, Pamplona y Vitoria verán cómo los termómetros se desploman hasta nueve grados respecto al martes; Huesca registrará ocho grados menos, mientras que Bilbao, Lleida y Oviedo tendrán descensos de siete grados. Cuenca y Zaragoza también sentirán el frío con seis grados menos.
Aunque las mínimas no experimentarán grandes cambios, sí bajarán en áreas montañosas de la Península y Galicia, mientras que en los valles, mesetas y la fachada oriental se espera un ligero ascenso. En el Pirineo, las heladas volverán a pintar de blanco las cumbres, recordándonos que la primavera aún puede ser traicionera. Este escenario marca el inicio de un cambio drástico en el panorama meteorológico, con temperaturas más frías y un aire renovado que promete sacudir los últimos días de estabilidad térmica.
En lugares como Teruel, se espera un desplome térmico de hasta 13 ºC, con jornadas que pasarán de suaves a frías en cuestión de horas. Sin embargo, y a diferencia de otros temporales de invierno, esta borrasca vendrá acompañada de una masa de aire de origen subtropical, lo cual suavizará parcialmente las sensaciones térmicas, especialmente en áreas del sur peninsular.
Precauciones
La AEMET ha reiterado la importancia de mantenerse informados a través de sus canales oficiales, tanto en la web como en su aplicación móvil, ya que las actualizaciones de los avisos son constantes y pueden variar según la evolución de la borrasca. Las autoridades insisten en evitar desplazamientos innecesarios, asegurar objetos en balcones o terrazas y prestar especial atención en zonas costeras o montañosas, donde el impacto será más severo.
Asimismo, las autoridades locales ya han comenzado a coordinar dispositivos de emergencia ante la posibilidad de cortes de luz, caída de árboles o inundaciones puntuales.
Las previsiones indican que este episodio meteorológico se prolongará durante buena parte del fin de semana, con un desplazamiento gradual del núcleo de la borrasca hacia el interior peninsular. Aunque el sureste y el Mediterráneo quedarán algo al margen del núcleo más activo, no se descarta la aparición de lluvias esporádicas y vientos moderados en estas regiones.
