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Esta elefanta ha aprendido a usar una manguera y sabotear a sus compañeros

Los elefantes pueden percibir y comprender su entorno, y también resolver problemas sencillos. Así lo demuestran la elefanta Mary y sus compañeros del zoológico de Berlín.

berta
Berta Erill Soto

Periodista especializada en temas de actualidad

Actualizado a

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Una elefanta aprende a usar una manguera para ducharse

Divertidos, torpes, y muy inteligentes... ¿A quién no le gustan los elefantes? Desde luego se trata de un animal fascinante que presenta multitud de comportamientos que, durante décadas, han sido objeto de estudio. ¡Algunos de ellos incluso han demostrado habilidades para la pintura!

Y es que este gran mamífero puede utilizar herramientas sofisticadas de formas inimaginables, como es el caso de Mary, la elefanta que ha aprendido a utilizar una manguera para darse duchas refrescantes.

Esta actividad no es desconocida para los elefantes, que en la naturaleza utilizan sus trompas para succionar agua y escupirla sobre sus cuerpos. No obstante, Mary ha ido un paso más allá, aprendiendo a sujetar una manguera y dirigir el chorro de agua hacia donde le resulte más conveniente. 

A partir de este comportamiento, un grupo de investigadores de instituciones alemanas ha desarrollado un estudio que profundiza en un dato que ya conocíamos: el pensamiento lógico de los elefantes va mucho más allá de lo que hemos podido observar por ahora. Los resultados se han publicado en la revista científica Current Biology. 

¿qué nos enseña mary?

Las largas duchas de Mary, una elefanta anciana del zoológico de Berlín, no solamente son dignas de ver por sí mismas. Al observarla, los investigadores se dieron cuenta de que había aprendido cómo cerrar el paso del agua a otros elefantes que pretendían usar también la manguera, llevando a cabo una especie de acto de sabotaje, quizás como parte del juego. 

Además, al ser presentada con distintos tipos de manguera, la elefanta escogía aquella con la que podía desarrollarse de forma más cómoda según sus capacidades. Esto demuestra que los elefantes pueden percibir y comprender su entorno, y también resolver problemas sencillos. 

Otro de los elefantes, un joven ejemplar llamado Anchali, aprendió que podía sabotear las duchas de sus compañeros doblando la manguera para detener el flujo de agua. Para ello, utilizaba principalmente su trompa. Se trata de un comportamiento complejo que requiere hacer los movimientos de torsión y de presión. Además, repitió este comportamiento varias veces a lo largo del tiempo, demostrando un proceso de práctica y aprendizaje. Los expertos están convencidos de que Anchali sabía exactamente qué estaba haciendo y con qué finalidad. 

Bien fuera para sabotearse los unos a los otros o para molestarse como parte de un juego, estos hallazgos evidencian que el comportamiento de los animales en cautiverio puede evolucionar a lo largo del tiempo, mostrando nuevos aprendizajes. Muchos de ellos podríamos estar pasándolos por alto.