La complejidad y el buen funcionamiento de la estructura social de las hormigas llevó al entomólogo Edward. O. Wilson a afirmar en su día que "el socialismo existe, solo que se equivocó de especie".
Por ejemplo, se sabe que estos insectos aúnan esfuerzos para construir complejos túneles subterráneos con sistemas de ventilación, o que incluso se unen unas con otras para formar con sus cuerpos un puente para salvar un obstáculo.
Ahora, además, se sabe que las hormigas carpinteras, pertenecientes al género Camponotus, son capaces de practicar cirugías de urgencia a sus congéneres para salvarles la vida, igual que haría un soldado a un compañero malherido en el campo de batalla.
hormigas que muerden a otras
A principios de 2020, Dany Buffat, estudiante de posgrado de la Universidad de Wurzburgo, estaba observando una colonia de hormigas carpinteras en su laboratorio de Florida cuando descubrió algo muy extraño: "una hormiga parecía estar mordiendo la pata de otra", explicó este biólogo de la Universidad de Lausana. Su colega no lo creyó, así que decidieron recolectar algunos ejemplares para estudiar aquel extraño comportamiento.
Como su propio nombre indica, las hormigas carpinteras son mundialmente conocidas por su capacidad para anidar en la madera muerta o en descomposición. A diferencia de las termitas, no se alimentan de la madera, sino que la utilizan únicamente para construir sus nidos. En este sentido, pueden identificarse fácilmente por el serrín que dejan atrás después de construir sus nidos.
Las hormigas obreras son las encargadas de abrirse paso en ese enmarañado sistema de túneles en el que no dejarán pasar a ningún congénere, y es que estos individuos, de hasta un centímetro y medio de largo, son extremadamente territoriales. Cuando alguna otra hormiga se aventura en su zona, no descartan abrirse paso a la fuerza.
Cuando no pueden curar la herida: amputan el miembro
Y es ahí donde surgen las lesiones. Los combates con colonias rivales son extraordinariamente violentos. A veces no generan bajas, pero sí heridas considerables, a veces es una antena, en ocasiones es una pata... que a la larga puede desarrollar una infección mortal.
Lo que los científicos desconocían hasta la fecha es que, igual que hacemos los humanos, las hormigas también tienen un tratamiento muy expeditivo, pero eficaz para curar esas lesiones: amputando los . Eso mismo es lo que consiguieron demostrar Buffat y otros colaboradores en un estudio capitaneado por el doctor Erik T. Frank, ecólogo evolutivo de la Universidad de Würzburg, publicado recientemente en la revista Current Biology.
amputan el fémur, pero no la tibia
Los investigadores se dieron cuenta de que las hormigas estaban arrancando a mordiscos las extremidades de sus compañeras, y ello les servía para evitar infecciones, un comportamiento nunca documentado hasta la fecha entre una especie que no sea humana.
Llegados a este punto, habría que precisar que las hormigas sí son capaces de curarse sus heridas. Lo hacen a través de unas secreciones antimicrobianas de la glándula metapleural. Sin embargo, algunos géneros, como las hormigas carpinteras, han perdido completamente esta parte del cuerpo, con lo que han tenido que idear esta otra estrategia para aplacar las infecciones.
¿Por qué lo hacen?, preguntamos a Frank. "Porque es un método muy eficaz para salvarles la vida", explica el investigador, quien apunta que lo curioso del caso es que hasta la fecha no se haya observado en ningún otro animal que no sean los humanos. "No creo que sea exclusivo de esta hormiga, aunque hasta la fecha no hay demasiada documentación sobre este tema", apunta.
Lazzat Aibekova
Al visualizar en alta resolución los cortes transversales en la parte media del fémur (en el centro) y la tibia (a la derecha) revelaron que la superficie muscular era casi 10 veces mayor en el fémur que en la tibia. La destrucción de los músculos en las hormigas lesionadas en el fémur puede, por tanto, reducir la circulación de hemolinfa mucho más que las hormigas lesionadas en la tibia..
Pero lo más sorprendente no era lo que hacían, sino cómo lo hacían. Para comprobar cómo lo llevaban a cabo, los investigadores llevaron a cabo una serie de experimentos en un laboratorio. Descubrieron que las hormigas estudiadas no solo desgajaban los de sus compañeras, sino que también llevaron a cabo esta operación con una precisión extraordinaria, como lo haría un equipo quirúrgico.
Tras observar decenas de casos, descubrieron algo muy curioso: solo amputaban a las hormigas heridas en la parte del fémur. ¿Por qué razón? La explicación tiene que ver con la rapidez a la que se propaga la hemolinfa, el fluido circulatorio similar a la sangre que tienen ciertos invertebrados, como los artrópodos o los moluscos.
La tasa de supervivencia de las hormigas amputadas en el fémur era de un 90%
"En el fémur existen unos músculos que maximizan la producción de esta sustancia (una especie de bomba cardíaca situada en la pierna). Por lo tanto, en estas heridas los patógenos tardan mucho más en entrar en el cuerpo, explica Erik Frank a National Geographic España. En las heridas de la tibia, por el contrario, estos músculos no se contraen, con lo que la hemolinfa puede fluir mucho más rápido en el cuerpo, lo que permite que los patógenos corran mucho más rápido.
Para demostrar esta hipótesis, los investigadores descubrieron que la tasa de supervivencia de las hormigas heridas en la tibia era de solo un 20%, mientras que las otras lo hacían en tasas de hasta un 90%.
Otra pregunta obligada es: ¿cómo desarrollaron las hormigas este extraño comportamiento? "Las hormigas probablemente tardaron millones de años en perfeccionar este tipo de tratamientos", explica Frank, quien apunta que estos insectos ya realizaban amputaciones mucho antes de que existiera la humanidad.
"Con el tiempo, los ejemplares que amputaban las patas de sus congéneres heridas aumentaban la esperanza de vida de su mano de obra. De este modo, obtuvieron un beneficio físico que hizo que este comportamiento quedara impreso genéticamente en la población". A veces, la solución más drástica es también la más necesaria.