Un tigre dorado, una jirafa sin manchas y un puma albino entran a un bar... Este podría ser el inicio de un buen chiste, donde seguramente nos preguntaríamos qué es lo que une a estos tres extraños ejemplares.
La respuesta es muy sencilla, y a su vez compleja: la naturaleza es caprichosa y, a menudo, las mutaciones genéticas crean animales de características distintas al resto de su especie, un entresijo para los expertos y, en ocasiones, motivo de preocupación.
Recientemente hemos sido sorprendidos por la noticia de un avistamiento animal muy peculiar: un tigre de coloración dorada se hallaba entre la extensa población de esta especie en un parque nacional de la India.
El curioso ejemplar, cuya existencia ha alertado a los expertos en conservación, sufre una mutación de un gen recesivo que altera los niveles de melanina de su pelaje. Así, las franjas que normalmente serían de color negro o marrón muy oscuro se mostraban entre rosadas y rubias, confundiéndose con el resto de pelo.
Pero más allá del tigre dorado, las mutaciones genéticas no son casos tan aislados en el mundo animal. De hecho, el año pasado en National Geographic España reportamos el descubrimiento de todo tipo de animales de curiosas características que han llamado la atención del público, y también de la comunidad científica internacional.
¿Qué pAsa con las jirafas?
Sin ir demasiado lejos, durante los últimos meses aprendimos a imaginar a las jirafas de una forma diferente a la habitual: sin sus distintivos atributos como las manchas, un gran tamaño o un cuello sumamente largo.
Se trata de una de las especies en las que se han observado más mutaciones genéticas, dejando algunos ejemplares realmente atípicos como la jirafa sin manchas nacida en el zoo de Tennessee, en Estados Unidos, el pasado mes de julio. Su pelaje es de un color marrón rojizo sólido, sin el patrón de manchas propio de la jirafa somalí (Giraffa reticulata).
Eckart Demasius / GCF
Esta jirafa sin manchas es la única con estas características en Namibia.
Esta, por cierto, ya no es la única en su especie: poco después nacería otro ejemplar sin manchas, esta vez en estado salvaje, en una reserva privada de Namibia. No mantienen ninguna relación de parentesco entre ellas, y las separa una gran distancia, pero está claro que ese no es un problema para que la genética repita sus moldes.
Existe en Kenia, sin embargo, una jirafa que nació con sus manchas pero las ha ido perdiendo con el tiempo, un caso realmente peculiar. Esta decoloración se relaciona con un trastorno de la piel reconocido en humanos, pero que nunca se había registrado en animales: el vitíligo, que hace que las células productoras del pigmento dejen de generar melanina.
Otra modificación genética poco habitual es la de una pequeña familia de jirafas con leucismo, madre y cría, que habitaban en Tanzania, carentes de manchas y con el pelaje totalmente blanco. Al tratarse de leucismo y no albinismo, sus ojos y otros tejidos se mantienen de su color marrón habitual.
Pero el color no es el único elemento que la genética de las jirafas se ha atrevido a modificar. El hallazgo de estas jirafas enanas en Uganda y Namibia despertó la curiosidad de los expertos, quienes concluyeron que los animales sufrían de displastia esquelética, un trastorno ya detectado en humanos pero poco común en el reino animal y todavía desconocido en jirafas adultas.
EL BLANCO EN EL REINO ANIMAL
El mundo nunca olvidará aquel primer gorila albino que, por sus características, fue bautizado como Copito de nieve. Pero desde entonces se han conocido muchos otros casos de albinismo en el reino animal, algunos de ellos bastante recientes.
Un zoológico de Nicaragua informó hacia finales del 2023 del nacimiento de una cría de puma albino, con el pelaje completamente blanco y los ojos rojizos. Se trata del primer puma albino nacido en este país, pero además, sólo hay constancia de cuatro pumas albinos en todo el mundo.
Parece ser que esta condición puede afectar a cualquier especie animal. Así, durante décadas hemos podido ver ejemplos de albinismo alrededor de todo el planeta, en animales como la ballena jorobada Migaloo, el león Ludwig, el pingüino sudafricano Snowdrop, el cocodrilo Claude, la koala Onya o la orangután Alba.
Gatorland
Desprovistos de la pigmentación oscura de la piel, los caimanes albinos y leucísticos no pueden exponerse a la luz solar.
Más allá del albinismo, el color blanco también se ha dado en aquellos especímenes con leucismo (¿Recuerdas las jirafas tanzanas que mencionábamos antes?). En la Reserva Marina de las islas Galápagos habita un pingüino completamente blanco que sorprendió a un guía naturalista que se encontraba por la zona. No podemos cerrar este tema sin mencionar al pequeño aligátor nacido en Florida el pasado mes de diciembre, y que resultó ser el primero en más de 3 décadas.
FENÓMENOS DE LA GENÉTICA
Todos estos ejemplos son solo una pequeña parte de la gran diversidad que existe en nuestro planeta, que también incluye casos tan únicos como el de un perro llamado Narwhal que nació con una pequeña cola en la frente, la inconfundible mantarraya rosa de la Gran Barrera de Coral australiana, o una cebra con lunares nativa de Maasai Mara.
Aunque los ejemplares con mutaciones pueden resultar llamativos e incluso atraer a visitantes, la realidad es que en muchas ocasiones su aparición es motivo de preocupación para la comunidad científica. Algunas modificaciones genéticas pueden causar problemas de salud, como también dificultades de adaptación de los animales a su hábitat natural, entornos que a menudo ya se encuentran en declive por la acción del ser humano sobre el planeta.