Los aficionados a Juego de Tronos reconocerán fácilmente a los lobos gigantes (Aenocyon dirus), pues esta especie extinta hace unos 13.000 años sirvieron de inspiración para los lobos "huargos" de la famosa serie. 

Ahora un equipo de la controvertida empresa científica Colossal asegura haber devuelto a la vida a estos animales a partir del material genético que recuperaron en 2021 de unos lobos grises.  

En realidad, en palabras de Ben Lamm, CEO de la empresa, no ha habido desextinción como tal, sino más bien una reinterpretación genética 'cuidadosamente calculada', pues el espécimen resultante es un animal que nunca existió como tal. 

La desextinción de especies ha sido un tema recurrente, tanto en el mundo de la literatura como en el de la ciencia. En anhelo de volver a ver a seres de los que no se tiene noticia ha cautivado desde hace milenios no solo a la comunidad científica, sino también a grandes pensadores.

Fascinación por revivir especies extintas

En su obra Viaje al Centro de la Tierra, Julio Verne especuló con la posibilidad de revivir los dinosaurios, una idea que también fascinó a Arthur Conan Doyle, quien narró en “Un Mundo perdido” la fascinación del encuentro entre estos saurópodos y los humanos. 

Ese antiguo sueño ha revivido mucho más recientemente, con el planteamiento de la desextinción de especies extintas como el mamut, el dodo o el tigre de Tasmania. La idea tiene su lógica, habida cuenta que calcula que cada año desaparecen del planeta entre 17.000 y 35.000 especies, una cifra alarmante que refleja una realidad perturbadora: la velocidad a la que estamos acabando con la biodiversidad del planeta: unas 1.000 veces mayor que en épocas anteriores a la expansión humana.

La extinción masiva es inevitable, según muchos estudios, por lo que abunda una nueva propuesta para frenar esta debacle ecológica: un plan alternativo para devolver la vida a las especies ya desaparecidas, una nueva visión llamada, como su propio nombre indica, desextinción. Una nueva estrategia que no solo está encaminada a revivir esta riqueza biológica perdida, sino también a prepararnos de cara a posibles amenazas del futuro. 

DE ORGANISMOS unicelulares A MAMÍFEROS, LA DIFÍCIL TAREA DE LA DESEXTINCIÓN

Revivir una especie no es tan fácil como parece (de lo contrario, lo habríamos conseguido con animales tan icónicos como los mamuts o los dinosaurios). En el caso de los microorganismos, por ejemplo, es algo más sencillo. Por ejemplo, hace años un equipo de científicos del Instituto del Mediterráneo de Marsella lograron recuperar 13 especies de virus, 7 de las cuales procedían del permafrost siberano. En aquel momento, muchos de los medios de comunicación bautizaron el hecho como el resurgimiento de los ‘virus zombis’, lo que hizo saltar las alarmas. 

Intentos ha habido muchos, pero no todos los casos publicitados de desextinción de especies son reales. Hasta ahora, el único intento fructífero ocurrió en España. Investigadores españoles y ses revivieron a principios de l siglo XX el último ejemplar de la cabra montés de los Pirineos (Capra pyrenaica pyrenaica) que había muerto aplastada por un árbol. Para ello, utilizaron técnicas de clonación que habían sido efectivas anteriormente con la oveja Dolly, el primer mamífero clonado a partir de una célula somática. 

EL CASO MÁS PARADIGMÁTICO: EL REGRESO A LA VIDA DEL MAMUT LANUDO

Además de dinosaurios y dodos, el mamut lanudo (Mammuthus primigenius) se cuenta desde hace años entre los principales candidatos a engrosar las listas de animales extintos ‘devueltos a la vida’. Se trata del pariente evolutivamente más próximo al elefante asiático, con quien comparte un ancestro común que se separó de él hace unos 6 millones de años. 

En 2009, George Church, un renombrado genetista de la Universidad de Harvard, inició el desarrollo de una idea que, en su momento, parecía tan extravagante como fascinante: su completa resurrección.

Durante varios años, este proyecto se llevó a cabo únicamente como un ejercicio de curiosidad científica. Pero, en 2019, Church ó con Ben Lamm, fundador de la compañía de IA Hypergiant para llevarlo a cabo. 

La posibilidad de recuperar este animal emblemático podría estar más cerca hoy gracias a los especímenes recuperados del hielo. El estudio de la paleogenética parece ofrecer hoy posibilidades reales de lo que hace unos años era todavía un sueño. 

La clave para recuperar el mamut (y cualquier otra especie) está en el genoma. Y en el caso del mamut lanudo no es una tarea imposible, habida cuenta que este se logró secuenciar en 2008.

Una vez superado este escollo, el equipo de Church hizo uso de una técnica revolucionaria: el proceso de edición genética CRISP-R. Una vez editado, se plantearon llevar a cabo una clonación completa del animal, siguiendo una técnica similar a la empleada con la oveja Dolly.

La pregunta que muchos se plantean es ¿qué necesidad hay de revivir esta especie del pleistoceno? Algunas voces afirman que revivir a estos colosos solo nos serviría para nuestro disfrute, pero no aportaría nada. Otros aseguran que retornarlos a su hábitat natural provocaría que deambularan por la tundra siberiana, con lo que compactarían el permafrost con su peso, evitando así que se descongele tan rápidamente.

TILACINO, EL RETORNO DEL TIGRE DE TASMANIA

El tilacino, también llamado 'tigre de Tasmania', en realidad ni era un tigre ni vivía en Tasmania. Este marsupial carnívoro originario del Holoceno era nativo de Australia, Tasmania y Nueva Guinea, y era prácticamente un desconocido hasta que el navegante neerlandés Abel Tasman, a quien debemos el nombre a la isla australiana, documentó, para su mala suerte, esta criatura con 'garras de tigre'. 

Fue el marsupial carnívoro más grande del mundo y era también un superderpredador que mantenía en equilibrio el ecosistema tasmano, pero acabó siendo gravemente diezmado por los europeos que colonizaron el país en el siglo XIX, que lo cazaron hasta la extinción, incluso con un programa de recompensas.

Los científicos intentan ahora devolver a la vida esta especie emblemática con un programa de secuenciación genética basado en el ratón marsupial. La idea es editar las células madre y crear una nueva célula genéticamente modificada que se inyecta después en un óvulo vacío que se fecunda. El embrión resultante se introduciría después en el útero de la hembra de ratón marsupial para su desarrollo. El mayor obstáculo, aseguran, será salvar la enorme distancia que separa al tilacino de todos sus parientes cercanos. 

DEL MAMUT LANUDO AL RATÓN LANUDO

Los lobos gigantes no han sido los únicos casos polémicos de desextinción protagonizados por Colossal Biosciences, una empresa biológica que también realizó un experimento en el que aseguró haber creado el primer ratón lanudo del mundo. No se trataba de un simple ratón de laboratorio. Los ingenieros genéticos también habían modificado su genoma a partir de una combinación de mutaciones inspiradas en en el trabajo con mamuts.

Una medida que ha causado un gran revuelo en los medios de comunicación y que no está exenta de polémica. Tal y como apuntábamos recientemente en este artículo, Stephan Riesenberg, experto en edición genética del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, relativizaba la importancia del experimento, alegando que, en realidad, todavía estamos muy lejos de ver estos animales revividos.