"La sensación de que disponemos de tiempo libre tiene un gran impacto en nuestra felicidad", sentencia la Dra. Laurie Santos, catedrática de psicología y ciencias cognitivas en la universidad de Yale. Esta sensación, conocida como abundancia de tiempo o time affluence fue acuñada en 2009 por los investigadores Tim Kasser y Kennon Sheldon en un artículo científico publicado en Journal of Business Ethics. En su artículo, que junta cuatro experimentos, explicaron que simplemente creer que se dispone de tiempo libre ayuda a mejorar notablemente la salud mental.
Por el contrario, cuando el tiempo libre escasea se produce la conocida como hambruna de tiempo, lo que, según la doctora, nos vuelve desdichados. Este fenómeno lo ha podido observar entre sus estudiantes que, entre las clases, las actividades, y la presión que han de ser constantemente los mejores, disponen de poco tiempo para pararse, respirar y pensar en su felicidad. Por ello, en una ocasión, en el momento de dar la clase en la que explicaba este concepto, lo hizo de forma práctica. Es decir, obligó a sus alumnos a darse un descanso del tiempo que duraba la clase, aproximadamente una hora.
"Una alumna se me puso a llorar", comenta la Dra. Santos. "Me confesó que era el primer descanso que se tomaba en los últimos tres meses. Pero lo interesante es que no les di un mes de vacaciones, si no que sólo les devolví una hora de su tiempo, aunque ellos lo sintieron como algo enorme".
En nuestro día a día podemos vivir sensaciones similares cuando nos aplazan una reunión, o cuando nos cancelan un plan al que no nos apetecía ir. Esto se debe a que, aunque únicamente se trate de media hora, tu cerebro tiene la sensación de que le has concedido todo el tiempo del mundo, lo que agradece liberando las endorfinas u hormonas de la felicidad.
Giuseppe Montisci/Mondadori Portfolio/Sipa USA / Cordon Press
En ocasiones el trabajo puede superarnos, pero una buena planificación de los descansos puede ayudar a corto, medio y largo plazo.
La subjetividad del tiempo y el tiempo confeti
Por tanto, según lo que explica la Dra. Santos la abundancia del tiempo es una sensación totalmente subjetiva, lo que tiene su parte buena y su parte mala. Por ejemplo, según explica, los datos muestran que nuestra generación tiene más tiempo libre que las anteriores. El problema es que anteriormente la jornada laboral era estática, y el trabajo constante, pero al llegar a los hogares la desconexión era total, lo que permitía una mayor sensación de descanso. Actualmente, la mayoría de los empleos tienen picos de trabajo a lo largo de la jornada con momentos de descanso en medio. Y ahí es donde la Dra. Santos incide en lo que está en nuestras manos para ser más felices.
En estos momentos, en vez de buscar evadirse hasta que llegue la siguiente tarea, Laurie insiste en que podemos aprovechar para concedernos pequeños gustos. Por ejemplo, si tenemos una reunión que acaba 10 minutos antes, en vez de adelantar el trabajo inmediatamente, veamos esos 10 minutos como un regalo, el tiempo confeti y los empleemos en una actividad que nos guste o nos siente bien. Por ejemplo, estirar, dar un paseo y que nos dé el sol, o aprovechar para leer un capítulo corto de un libro (dependiendo de la longitud del descanso) pero lo que sea que nos ayude a evadirnos del trabajo.
"Hackeando" nuestra percepción del tiempo
Siguiendo esta reflexión, su forma de "hackear" el tiempo libre es planificar las tareas y añadirles un poco más de tiempo de lo que llevan realizarlas. Esto es, si creemos que enviar los correos de la mañana nos va a costar 20 minutos, nos pongamos 30. De este modo, si somos malos planificadores y la tarea nos cuesta 25, aún tenemos 5 minutos de margen en los que descansar. En cambio, si únicamente nos concedemos 20 minutos, nos sentiríamos infelices porque no hemos logrado acabar la tarea a tiempo y, además, habría que remodelar todo el horario, lo que es una fuente extra de estrés. Planificándolo de esta forma iremos con menos agobio y, paradójicamente, también tenderemos a ser más productivos en nuestro trabajo, aunque depende de cuánto nos afecta la Ley de Párkinson.
Además, también aconseja planificar momentos de descanso ineludibles a medio y largo plazo. Esto quiere decir, tomar una agenda, abrir una hora dentro de unos días o semanas y escribir en ella "Tiempo libre". Y que excepto causa mayor, esa hora sea únicamente para tiempo libre, de dejar todas las tareas de lado y dedicarla a dar un paseo, o a una actividad manual que permita desconectar. Haciendo esto cada pocas semanas, podremos ver cómo nuestra percepción de que somos dueños de nuestro tiempo va aumentando y, con ello, nuestra felicidad le acompañará.
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