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La NASA está expectante por el encuentro de la sonda Lucy y su "descubridor"

El año 2021 la NASA lanzó su sonda Lucy para visitar los asteroides troyanos en 2027. En 2025 va a pasar por delante de un cuerpo celeste que lleva el nombre del descubridor del Australopithecus afarensis al que le debe su nombre.

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Daniel Pellicer Roig

Biotecnólogo especializado en biomedicina y enfermedades raras

Actualizado a

Lucy Nave espacial 4
NASA’s Goddard Space Flight Center

Representación en 3D de la sonda Lucy visitando los asteroides troyanos.

El 16 de octubre de 2021 se encendían los motores de un cohete Atlas V con una carga muy especial. En su interior, la nave espacial Lucy esperaba pacientemente que se separasen las distintas etapas del lanzamiento y los propulsores alcanzasen la velocidad de escape de la gravedad terrestre. Tras unos agónicos minutos en los que cualquier fallo supondría la pérdida de cientos de millones de dólares, Lucy emergió de su cofia, y por fin había sido liberada e iba a surcar los cielos. Lamentablemente, al contrario que en la famosa canción de 1967 de los Beatles, no estaba rodeada de diamantes, si no que le esperaba la soledad más absoluta. Lucy estaba en el cielo, sí, y con una misión: comprender los orígenes del sistema solar.

El nombre de la misión, Lucy, es un reconocimiento a la influencia que el fósil del primitivo homínido Australopithecus afarensis tuvo en el avance de la comprensión de la historia de nuestra especie. Según los astrónomos, se puede observar cierto paralelismo entre aquel fósil y la misión espacial. El fósil de Lucy nos ayudó a comprender la evolución humana, y se espera que la pequeña nave espacial haga avanzar de forma similar nuestra comprensión de la formación y evolución del Sistema Solar. Para ello, Lucy se dirige a los asteroides troyanos, es decir, aquellos que se encuentran cerca de la órbita de Júpiter y que todavía no han sido explorados por ninguna sonda espacial.

Una vez finalice su misión, se espera que Lucy acabe orbitando por el sistema solar, por lo que entre su carga se encuentra uno de los famosos discos de oro de la NASA. Este, al contrario que el que se encuentra en las sondas Voyager, no está pensado para que lo encuentre otra forma de vida, sino que fue lanzado como una cápsula del tiempo. Se espera que, dentro de miles de años, la humanidad pueda recuperar a Lucy y disfrutar de 20 poemas y discursos, así como de la famosa canción de Los Beatles.   

12 años de camino y dos paradas importantes

Pero antes de revolucionar lo que conocemos acerca de la evolución de las órbitas planetarias, Lucy ha de recorrer miles de millones de kilómetros. Por tanto, los científicos han aprovechado para acercarse y probar los instrumentos en dos asteroides más cercanos a La Tierra.

El primero, por el que pasó en septiembre del 2023, tenía el poco memorable nombre de 1999 VD57, pero fue rebautizado como 152830 Dinkinesh. Esta palabra, de origen etíope, en amárico significa «eres preciosa», y fue utilizada en numerosas ocasiones para nombrar el fósil de Lucy.

 

Lucy Nave espacial 1
NASA’s Goddard Space Flight Center

Infografía que muestra la trayectoria de la nave espacial Lucy hasta llegar al primer asteroide: Dinkinesh.

Los investigadores no esperaban mucho de este asteroide, ya que era un cuerpo muy pequeño y que más que nada iba a servir para confirmar que los instrumentos de medición funcionaban correctamente. Es decir, querían observar si el asteroide hacía honor a su nombre y salía «precioso» también en las fotografías. Durante su visita, Lucy midió con precisión los 790 metros de diámetro del cuerpo celeste, y analizó tanto su composición como otras magnitudes físicas, pero no sin antes notar que tenía un compañero muy especial.

Dinkinesh es un sistema binario, es decir, el asteroide tenía una pequeña luna orbitando alrededor. Pero lo realmente fascinante de la luna es que está formada por dos rocas de más de 200 metros de diámetro unidas una con la otra en una forma que recuerda a un cacahuete.

 

Lucy Nave espacial 2 Dinkinesh y Selam
NASA/Goddard/SwRI/Johns Hopkins APL

Imagen donde se observa a la izquierda a Dinkinesh y a la derecha Selam, formado por dos rocas prácticamente del mismo tamaño.

Siguiendo la temática de los orígenes de la humanidad, a esta pequeña luna doble se la denominó Selam. Selam corresponden a los restos de otro Australopithecus afarensis descubierto en la región de Dikika, Etiopía. A estos restos se les suele llamar cariñosamente como «El bebé de Lucy», ya que se estima que debía tener unos 3 años de edad en el momento del fallecimiento. Seguramente Lucy y Selam nunca se conocieron, pero gracias a esta pequeña reescritura de la historia, ahora están unidos por la gravedad y se seguirán orbitando uno al otro durante millones de años.

El descubridor, la próxima parada de Lucy

En la actualidad, la misión ha realizado el segundo acercamiento a nuestro planeta para acelerar a la velocidad necesaria para alcanzar los asteroides troyanos y se dirige hacia la órbita de Júpiter, pero no sin antes acercarse a fotografiar «a su descubridor». Se espera que el día 20 de abril de 2025, Lucy sobrevuele el asteroide 52246 Donaldjohanson, el asteroide nombrado por el doctor en antropología que descubrió los restos de la homínida. El sobrevuelo se realizará a menos de 1000 kilómetros de distancia y a una velocidad de 13,4km/s, por lo que podrá tomar varias fotografías y mostrarnos a todo detalle las características de este cuerpo formado aproximadamente hace 130 millones de años.

La visita a Donaldjohanson será la última parada de Lucy antes de llegar a la órbita joviana y encontrarse con los asteroides troyanos en 2027. Allí ayudará a los astrónomos a resolver ciertas dudas y a obtener mediciones de primera mano. Anteriormente se daba por supuesto que dichos asteroides se habían creado cerca de sus órbitas actuales, pero las mediciones que se han realizado durante los últimos 10-15 años muestran una realidad muy distinta. Los asteroides troyanos parecen un «cajón de sastre» de asteroides en el que se mezclan rocas con composiciones muy distintas. Este hecho indicaría una gran disparidad en su origen, lo que haría replantearnos cómo evolucionó el Sistema Solar tras la aparición de los gigantes gaseosos.

Cuando finalice el viaje, se espera que Lucy haya recorrido 6 mil millones de kilómetros, y tendrá el honor de ser la primera nave espacial que vuele hasta Júpiter con fecha de vuelta. Y es que, tras una primera observación a los troyanos, está previsto que Lucy visite una vez más a 52246 Donaldjohanson, haga una última pasada por nuestro planeta en 2030 y se despida, esta vez sin billete de vuelta, hacia las estrellas.

Probablemente, cuando Donald Johanson escuchaba la canción del 67 escrita por los Beatles en el campamento, jamás se imaginó que su letra vaticinaba el futuro. Lucy in the Sky with Diamonds relata las experiencias de un viaje alucinógeno hacia lo desconocido, donde encuentran cosas asombrosas por el camino. Quizá la Lucy de la NASA no vaya a encontrarse con flores de celofán y tartas de malvavisco, pero con una única visita a un asteroide, ya ha encontrado un cuerpo celeste que jamás habíamos observado: una luna doble unida orbitando a un satélite. ¿Quién sabe qué le espera a la pequeña Lucy en los próximos miles de millones de kilómetros?