@font-face{font-family:'Figtree';font-style:normal;font-weight:300 900;font-display:swap;src:url('/Content/skins/ng2022/fonts/Figtree/Figtree.woff2') format('woff2')}@font-face{font-family:'Figtree';font-style:italic;font-weight:300 900;font-display:swap;src:url('/Content/skins/ng2022/fonts/Figtree/Figtree-italic.woff2') format('woff2')}

{{text}}

{{partText}}

{{partClaim}}

{{Text}}

`, uniqueTemplate: `

¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión

Lee {{artTitle}} por un módico precio.

Suscríbete ahora

`, returnText: `No me interesa`, text: `Este contenido es exclusivo para suscriptores.`, partImg: `/medio/2023/05/16/portada-planeta_31e7e28b.png`, partImgTablet: `/medio/2023/05/16/portada-planeta_31e7e28b.png`, partText: `

Sigue leyendo todo el contenido exclusivo por solo 1€/mes

`, partClaim: `Suscríbete por 1€/mes`, Text: `¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión`, } };

Por qué ocurrieron las 5 extinciones masivas de la historia (y cómo sería la sexta)

Las causas de las 5 extinciones masivas que han ocurrido en nuestro planeta son diversas, pero pueden ayudar a comprender si nos encontramos a las puertas de la sexta.

IMG 0076
Daniel Pellicer Roig

Biotecnólogo especializado en biomedicina y enfermedades raras

Actualizado a

My Player placeholder
Animales en peligro de extinción en España

Durante una primavera de hace 66 millones de años un dinosaurio alzó la vista al cielo. El punto brillante que había aparecido unos minutos antes era cada vez más grande. El meteorito Chicxulub, de unos 14 kilómetros de diámetro se acercaba a La Tierra a una velocidad pasmosa. Según han demostrado estudios posteriores, la enorme roca apenas tardó 20 segundos en atravesar la atmósfera e impactar en las costas de la península de Yucatán.

La energía liberada creó una onda de choque que barrió a cualquier ser vivo que se encontrase a cientos de kilómetros de la redonda, provocó enormes tsunamis y vaporizó miles de toneladas de rocas sulfurosas, que acidificaron los océanos y bloquearon el sol durante años.

La extinción masiva del Cretácico-Paleógeno acabó con aproximadamente dos tercios de las especies de La Tierra, incluidos todos los reptiles y dinosaurios no avianos superiores a los 40 kilos de peso, excepto tortugas y cocodrilos. Gracias a los eventos que sucedieron tras el impacto, los mamíferos de pronto se encontraron en un mundo con muy poca competencia y comenzaron a dominar el planeta, hasta la actualidad. Sin embargo, aunque esta extinción es la más conocida, solo es la última de una larga lista y que sigue actualmente en lo que ya se conoce como “la sexta extinción masiva”.

Las primeras: Las extinciones masivas del Ordovícico-Silúrico

Cuando la vida compleja estaba dando sus primeros pasos tras la Explosión Cámbrica, cientos de familias de especies evolucionaron para adaptarse a un entorno cambiante. En el enorme océano Panthalassa, que cubría la mayor parte de la superficie del planeta, especies conocidas, como los trilobites, campaban a sus anchas, y los primeros peces comenzaron a nadar en las cálidas aguas. En este período también aparecieron las primeras especies que habitaban tierra firme, como ciertas plantas y, según se cree, los primeros artrópodos.

Sin embargo, hace entre 450 y 440 millones de años desapareció aproximadamente el 60% de todos los géneros que habitaban el planeta, y se cree que un 85% de todas las especies marinas se extinguió. Existen distintas hipótesis sobre por qué ocurrió esta pérdida en la biodiversidad. La más aceptada en la actualidad es que se produjeron una serie de glaciaciones, aunque sus causas no están claras y son objeto de debate. Entre las opciones se baraja el vulcanismo, el desplazamiento de los polos, o incluso el impacto de la radiación procedente de una supernova, pero no existen pruebas suficientemente sólidas como para demostrar la causa concreta o si fue una combinación de estas.

Las extinciones masivas del final del Devónico

Se estima que apenas 5 millones de años tras las extinciones del Ordovícico-Silúrico, los ecosistemas habían recuperado su biodiversidad. Tras esto, comenzó lo que se conoce informalmente como “la Edad de los Peces”, una época en la que brotaron infinidad de especies marinas. Entre ellos, destacan los peces óseos, que han llegado hasta nuestros días, pero también habitaban corales, esponjas, artrópodos y cefalópodos. En el devónico también aparecieron los primeros bosques. Los más antiguos conocidos datan de hace 390 millones de años, y ha sido descubierto recientemente en los acantilados del sudoeste de Inglaterra. Estos bosques estaban formados por plantas vasculares, con un tronco hueco que podría asemejarse -por su forma- al de las palmeras actuales, y con una altura máxima de unos 10 metros de alto. Además, las plantas desarrollaron las primeras semillas, un paso crucial en la reproducción vegetal.

Tras unos 70 millones de años de relativa tranquilidad, de pronto desaparecieron hasta el 83% de estas especies. De nuevo, en este caso, la causa no está completamente clara. La hipótesis de una glaciación similar a la anterior está sobre la mesa y, de nuevo no se descarta el vulcanismo ni impactos de meteoritos. Sin embargo, en 2020 una investigación apuntó que era posible que la capa de ozono se desvaneciesedebido a un calentamiento repentino de la superficie terrestre. La desaparición de la capa de ozono dejaría desprotegidos a todos los seres de la superficie ante la radiación ultravioleta que emite el sol, y tornó inhabitable la superficie del planeta. Según creen los investigadores, un evento similar podría llegar a ocurrir en la actualidad si se diesen las condiciones adecuadas.

La Gran Mortandad: extinción Pérmica-Triásica

Que un evento se llame “La Gran Mortandad” aporta pistas sobre la enorme cantidad de especies que desaparecieron en la mayor extinción de la historia. Se estima que en el transcurso de 200.000 años desaparecieron hasta el 95% de las especies marinas y hasta un 70% de las terrestres. En este caso, la hipótesis más sólida está respaldada por las enormes formaciones de rocas de origen volcánico de Siberia (denominadas “traps siberianos”) y por las formaciones de dolomitas italianas. Las rocas siberianas son el resultado de algunas de las mayores erupciones volcánicas de los últimos tiempos, mientras que las dolomitas muestran erosión provocada por acidez.

De estos eventos se infiere que hace aproximadamente 252 millones de años, ocurrieron enormes erupciones volcánicas que liberaron ingentes cantidades de gases a la atmósfera. Se estima que la temperatura pudo aumentar hasta 5 grados, y algunos elementos modificaron la geoquímica global. Por ejemplo, se estima que el azufre pudo acidificar el suelo y llegar, según indican algunos estudios, a alcanzar PH de 2,3 en zonas concretas, una acidez similar al zumo de limón. Estas condiciones provocaron la extinción de muchos invertebrados con concha y algas, además de impedir el crecimiento de las plantas en tierra.

Inostrancevia 20230228 (c) Mark Celeskey
Matt Celeskey

Durante esta época se podían encontrar depredadores como el Gorgonopsia gigante Inostrancevia. En esta imagen se puede observar junto con su presa, dicinodonta, mientras asusta a la especie Cyonosaurus, mucho más pequeña.

La Gran Mortandad fue una dura prueba para la vida, pero una vez se estabilizaron las condiciones crearon el caldo de cultivo perfecto para el desarrollo de dinosaurios y protomamíferos que empezaron a poblar el planeta.

La Extinción del Triásico-Jurásico

Apenas 50 millones de años después de la última extinción, hace 201 millones de años un evento extinguió al 75% de todas las especies que habitaban nuestro planeta. Esta extinción fue el inicio del dominio global de los dinosaurios, ya que la mayoría de los arcosaurios, terápsidos y grandes anfibios desaparecieron. De nuevo, las hipótesis más robustas apuntan a volcanes, que aumentaron los gases de efecto invernadero y acidificaron los océanos.

Concretamente, las evidencias apuntan a que las erupciones ocurrieron en una zona conocida como la “provincia magmática del Atlántico Central”. Esta región, formada por la fragmentación del supercontinente Pangea, tuvo actividad volcánica durante al menos 600.000 años y los expertos la sitúan como una de las más grandes en cuanto a volumen de magma expulsado. Sin embargo, tampoco se descarta el impacto de uno o varios meteoritos más pequeños que el de la extinción del Cretácico-Paleógeno como desencadenantes de la extinción.

El meteorito y los dinosaurios, la extinción del Cretácico-Paleógeno

El principio del artículo trata sobre esta extinción, que acabó con el reinado de los dinosaurios no avianos y dio lugar a una época dominada por mamíferos y aves. Al ser la más cercana, es de la que se tienen más evidencia, ya que todavía se pueden ver claramente algunas de las consecuencias del impacto en México. En la actualidad se ha analizado la trayectoria y órbita de miles de objetos que se aproximan a La Tierra para asegurar que ninguno chocará con nuestro planeta en los próximos cientos de años.

La sexta extinción masiva. ¿Qué sucede en la actualidad?

Los últimos millones de años han sido relativamente tranquilos en el ritmo de aparición y desaparición de especies. Sin embargo, esta tendencia ha cambiado rápidamente y el ritmo de desaparición de especies ha aumentado considerablemente. Concretamente, tras analizar miles de especies animales y vegetales, se estima que el ritmo de desaparición de especies es varios órdenes de magnitud superior al de los dos millones de años anteriores.

Este proceso, desencadenado por el cambio climático antropogénico puede tener consecuencias devastadoras para los ecosistemas, que podrían perder su resiliencia ante amenazas externas. En la actualidad también se está estudiando si el enorme volumen de CO₂ liberado a la atmósfera podría provocar un escenario similar a algunas de las extinciones provocadas por las enormes erupciones volcánicas.

La desaparición de ciertas especies no augura nada bueno para el resto, ya que la pérdida de la biodiversidad puede tener efectos inesperados. Estos efectos van desde la pérdida de las simbiosis existentes y la rotura de las cadenas tróficas hasta aumentar el riesgo de brotes de nuevas enfermedades. Por ello, los esfuerzos en la conservación y en el estudio de las consecuencias de las actividades humanas son cruciales para asegurar la supervivencia de las especies actuales.

Más Sobre...
Meteoritos Volcanes