Un equipo multidisciplinar liderado por la oceanógrafa Jennifer Durden logró captar en las profundidades de la llanura abisal de Porcupine, en el Mediterráneo nordoriental, imágenes de hasta 18 ejemplares de Iosactis vagabunda, una pequeña anémona equipada con 24 tentáculos que prospera a más de 4.000 metros de profundidad. Iosactis vagabunda es una pequeña anémona rara vez documentada pero crucial para los ecosistemas bentónicos.
Analizando las secuencias registradas, los científicos hicieron un descubrimiento sorprendente que publicaron en la revista Deep Sea Research: encontraron que I. vagabunda no se alimenta solo de partículas en suspensión, sino que también depreda organismos bentónicos que se encuentran en los fondos marinos. Esto es, son omnívoros y oportunistas.
