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Los chimpancés se turnan e interrumpen cuando “conversan”, igual que hacemos los humanos

Una nueva investigación desvela que nuestros parientes cercanos también se comunican con intercambios rápidos de gestos. El hallazgo podría arrojar nueva luz sobre la evolución del lenguaje.

Sergi Alcalde National Geographic
Sergi Alcalde

Periodista especializado en ciencia, sociedad y medio ambiente

Actualizado a

Chimpancés

Una nueva investigación científica ha determinado que los chimpancés intercambian gestos de forma muy similar y en unos intervalos de tiempo muy parecidos a lo que lo hacemos los humanos.

Cualquier persona medianamente civilizada que entable una conversación con algún congénere esperará a que su interlocutor responda para dar una réplica. Incluso los científicos han cronometrado el tiempo que pasa de media entre este intercambio de información: unos 200 milisegundos, una velocidad constante en todas las culturas, lo que hace pensar que es un código universal favorable a la comunicación interpersonal.

Ahora, un equipo de investigadores ha determinado que esta no es solo una cualidad humana, sino que la compartimos con uno de nuestros parientes evolutivos vivos más cercanos: los chimpancés.  

Esta es la conclusión a la que ha llegado un equipo de investigadores después de analizar el comportamiento de chimpancés de distintas comunidades de África Oriental. Tras observar detenidamente hasta 8.500 gestos de más de 250 individuos, determinaron que estos primates se comunican casi tan rápido como los humanos. No solo eso, también descubrieron que se ayudan de gestos para reforzar la conversación, e incluso se interrumpen entre ellos, como hacemos nosotros en una acalorada discusión.  

 

Unos parientes muy cercanos 

Jane Goodall revolucionó el campo de la etología en sus investigaciones llevadas a cabo en Gombe, Tanzania, en los años sesenta. Sus observaciones demostraron que los chimpancés (Pan troglodytes), eran capaces de fabricar herramientas, una habilidad que hasta la fecha se consideraba exclusiva de los humanos. 

No solo eso. Después de observar detenidamente el comportamiento de estos primates en estado salvaje, descubrió que nuestros parientes evolutivos más cercanos también tenían comportamientos típicamente humanos: se abrazaban, se besaban, se valían de las argucias políticas dignas de Juego de Tronos para conseguir sus objetivos, y también establecían poderosas alianzas que les servían tanto para la guerra como para la paz. No se han documentado en ninguna otra especie más allá de la nuestra.  

Ahora, un equipo interdisciplinar de psicólogos, biólogos y neurocientíficos de la Universidad de St. Andrews, en Escocia, ha ido más allá, y ha conseguido demostrar que los chimpancés también tienen un sistema de comunicación adquirido muy similar al que hemos desarrollado los humanos. Su investigación ha sido publicada recientemente en la revista Current Biology

Típica discusión de pareja 

Los científicos querían ir más allá y descubrir hasta qué punto los chimpancés interactuaban del mismo modo que nosotros. Para averiguarlo, revisaron cientos de horas de imágenes de una enorme base de datos de interacciones gestuales grabadas durante décadas en trabajos de campo realizados en África Oriental. Después de estudiar detenidamente las imágenes y analizar los movimientos precisos, analizaron cada gesto y cada respuesta. Así, descubrieron que los chimpancés respondían a los gestos con otro gesto en el 14% de sus interacciones.

 

Jane Goodall en Gombe
Cordon Press

La famosa primatóloga Jane Goodall abrió camino en el mundo de la etología animal. Sus investigaciones demostraron que los chimpancés son capaces de fabricar herramientas, una habilidad que hasta entonces se pensaba que era exclusiva de los humanos.

En un caso, dos ejemplares intercambiaron siete gestos seguidos. Fue el joven macho Daudi, del bosque Budongo de Uganda, quien había cazado un pequeño antílope, y la joven hembra Onyofi. Cada vez que ella hacía un gesto de súplica, Daudi respondía agitando los brazos, abalanzándose y dando pisotones, como diciéndole ‘aléjate’ o ‘vete’.  

Lo más curioso es que algunos de sus gestos se asemejan sobremanera a los nuestros. Por ejemplo, los científicos descubrieron que cuando los chimpancés extendían el brazo en señal de súplica, lo más frecuente era que estuvieran pidiendo algo, que puede significar ‘acicálame’, ‘dame’ ‘ven conmigo’. En la mayoría de los casos, los investigadores comprobaron que el interlocutor respondía a lo que le pedían. En ciertas ocasiones, incluso replicaba con otro gesto: por ejemplo, indicando el lugar en el que quiere que lo acicalen, como diciendo ‘acicálame tú primero’. 

Hablan por turnos, aunque a veces se interrumpen 

Los científicos descubrieron que los chimpancés se comunicaban de forma rápida y sincopada, aunque en ocasiones sus conversaciones se solapaban. Se interrumpían entre ellos, igual que hacemos los humanos cuando estamos inmersos en una acalorada conversación. Además, tardaban una media de unas 120 milésimas de segundo en responder a un gesto de alguno de sus congéneres, algo menos que las 200 milésimas de segundo que tardamos los humanos en hacer lo propio.  

Los chimpacés siempre respondían, muchas veces lo hacían con otro gesto. 

“Es asombroso ver lo cerca que estaban los tiempos de los chimpancés y los humanos, y que, al igual que nosotros, estor primates a veces también se interrumpían a mitad de un gesto”, explica el profesor Cat Hobaiter, primatólogo de la Escuela de Psicología y Neurociencia de la Universidad St. Andrews y coautor del estudio.  

Distintos tiempos para culturas diferentes 

Otra de las curiosidades fue determinar hasta qué punto las interacciones de los chimpancés mantenían patrones propiamente culturales, similares a las que se observan en distintos idiomas humanos. Había diferencias entre poblaciones. Por ejemplo, los ejemplares de las cinco comunidades mantenían rápidas interacciones gestuales. Pero los de la comunidad de Sonso, en la selva de Budongo, en Uganda, respondían algo más lento de sus compañeros. Diferencias que se corresponden con los distintos patrones de comunicación de los seres humanos en función de sus características culturales.

Y es que, aunque la estructura de la conversación es un patrón universal, también presenta ciertas variaciones culturales. Ello explica, por ejemplo, que las conversaciones en distintas lenguas muestren intervalos de tiempo similares entre los turnos de conversación, aunque también presente diferencias significativas en función de la lengua.

Por ejemplo, una investigación del Instituto Max Planck de Psicolingüística muestra que el tiempo medio para los hablantes japoneses era de siete milisegundos, mientras que los daneses tardaban 470 milisegundos en intervenir.

“Todavía no sabemos cuándo evolucionaron estos patrones de tiempo conversacional humanos ni por qué razón -apunta la doctora Gal Badihi, autora principal del estudio- Investigar especies emparentadas más distantes será una gran manera de entender mejor cuándo y por qué evolucionaron estas reglas conversacionales”.