Un equipo de investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) ha descubierto en aguas de la Ría de Arousa una nueva especie de gusano nemertino con una particularidad única: es capaz de plegarse hasta una quinta parte de su longitud, lo que le ha valido el descriptivo nombre de 'gusano acordeón'.
El descubrimiento es doble, pues la nueva especie, a la que han bautizado con el nombre científico de Pararosa vigarae, pertenece también a un nuevo género nunca antes descrito, además de formar parte de la familia Linediae, la misma a la que pertenece Lineus longissimus, el gusano más largo del mundo según el libro Guinness de los récords.
Jacinto Pérez Dieste./CSIC
Imágenes del gusano acordeón recién documentadas por el equipo científico. (A la izquierda, puede apreciarse cómo el ejemplar contrae ligeramente los anillos que componen su cuerpo, como si de un acordeón se tratase. A la derecha, detalle de la cabeza del espécimen).
Los investigadores describieron esta especie después de secuenciar el ADN y practicar análisis filogenéticos. "Este tipo de estudios genéticos son muy importantes, pues nos permiten diferenciar especies con características morfológicas muy similares que tradicionalmente se hubieran incluido en el género Lineus", afirma la investigadora a National Geographic.
No se trata de un hallazgo menor, afirman los científicos implicados en la investigación, pues a pesar de su tamaño, solo se han encontrado en dos ocasiones en la Ría de Arousa, con lo que haberla descubierto en una zona tan accesible del litoral gallego permite a la comunidad científica ampliar el número de especies conocidas hasta la fecha.
unos gusanos muy poco documentados
A pesar de su ubicuidad —se han contabilizado unas 1.300 especies hasta la fecha— los gusanos nemertinos son unos perfectos desconocidos para la ciencia.
Se trata de gusanos acelomados, esto es, carentes de una cavidad general, se caracterizan por tener un cuerpo largo y aplanado. La mayoría mide menos de unos 20 centímetros de largo, pero algunas especies, entre ellas las del género Cerebratulus y el citado gusano Lineus longissimus, el más grande del mundo, pueden llegar a medir decenas de metros de longitud.
Según explica Verdes a National Geographic España, los ejemplares recolectados de P. vigarae miden entre los 10 y los 25 centímetros, aunque, apunta, "es difícil conocer la longitud exacta de un nemertino, pues sus cuerpos son". extremadamente flexibles, con lo que pueden estirarse mucho". Pero también pueden contraerse. Sin ir más lejos, el gusano acordeón puede llegar a medir aproximadamente el ancho de un dedo meñique, según apunta el doctor Juan Junoy, de la Universidad de Alcalá.
El gusano, de hasta 25 centímetros de longitud, puede reducirse hasta el tamaño de un dedo meñique.
"Estos gusanos normalmente se estiran y encogen como una goma elástica para desplazarse, cazar y alimentarse", afirma la investigadora, quien atribuye esta capacidad a un mecanismo de defensa para huir y protegerse de posibles amenazas.
Los nemertinos habitan en entornos marinos, aunque también existen especies de agua dulce e incluso terrestres. Una de sus principales características es que cuentan con una probóscide (un apéndice alargado y tubular con capacidad de proyectar rápidamente) que emplean para inyectar un veneno con el que son capaces de paralizar a sus presas.
Pero esta no es la única arma de estos gusanos. También son capaces de producir un moco tóxico con altas concentraciones de alcaloides, toxinas citolíticas y neurotoxinas, que utilizan como mecanismo de defensa ante posibles depredadores.
Una ponzoña, sin embargo, que no solo sirve a los gusanos, sino que también puede ser útil para los humanos. Las toxinas que componen los venenos animales son moléculas generalmente pequeñas, muy estables y con dianas celulares muy específicas, lo que les confiere un enorme potencial terapéutico para el desarrollo de nuevos medicamentos.
Por ejemplo, en el gusano más largo del mundo, Lineus longissimus, se han identificado unas toxinas capaces de provocar parálisis en cangrejos y cucarachas, pero completamente inocuas para los humanos, por lo que podrían ser utilizadas como biopesticidas.
Además, estos animales desempeñan un papel ecológico fundamental para la naturaleza. "Son unos depredadores muy eficaces que se alimentan de crustáceos, anélidos y moluscos, cuyas poblaciones mantienen controladas, contribuyendo así a mantener el nicho ecológico", concluye Verdes. Razón de más para poner en valor a estos gusanos tan insólitos.