En los capítulos finales de Las Aventuras de Pinocho, la célebre marioneta de madera es engullida por un aterrador monstruo marino similar a un tiburón “de insaciable voracidad, conocido como el Atila de los peces y de los pescadores”.1
Pinocho logró salvar su vida y la de su creador, Geppetto, escapando 'in extremis' de aquella bestia por la boca, pues el asma que padecía la criatura la obligaba a dormir con la boca abierta. Sin embargo, en la vida real escapar del estómago de un depredador no es tan fácil como lo que se cuenta en las obras de literatura infantil. De hecho, para la gran mayoría de las presas, por pequeñas que sean, acabar en el estómago de un depredador implica irremediablemente perder la vida.
Pero no para los ejemplares juveniles de anguila japonesa (Anguilla japonica). Según ha podido documentar un equipo científico de la Universidad de Nagasaki, estas escurridizas criaturas tienen la insólita habilidad de abrirse paso entre las entrañas de los peces de la especie Odontobutis obscura que las depredan. Además, lo hacen en relativamente poco tiempo. Un extraño comportamiento nunca visto en este tipo de animales hasta que un equipo de científicos japoneses lo descubrió por casualidad mientras estudiaban ejemplares en cautividad. Sus conclusiones han sido publicadas recientemente en la revista Cell Biology. ¿A qué se debe esta extraña conducta? ¿Qué otros animales llevan a cabo estrategias similares para sobrevivir? Algunas de estas preguntas han desconcertado a la comunidad científica.
Yuha Hasegawa y Yuuki Kawabata / Universidad de Nagasaki
De izquierda a derecha, secuencia del modo en que las anguilas japonesas escapan de sus depredadores: primero insertan la cola en el esófago, luego reptan hasta escapar por una de las branquias.
La anguila japonesa (Anguilla japonica) es un pez teleósteo de hasta 150 centímetros de longitud y 2 kilos que habita en ríos y otros cuerpos de agua dulce de Asia Oriental. Es completamente inofensiva para el ser humano, pero da la casualidad de que es uno de los ingredientes más preciados en la gastronomía del país, donde se consume de distintas maneras: ya sea cocido, al vapor o a la brasa.
Esta alta demanda lo ha convertido en un producto muy demandado que forma parte de la dieta de millones de japoneses. Quizá esa misma fama y ubicuidad sea lo que está acabando con ellas, pues la pesca intensiva ha diezmado seriamente sus poblaciones en estado salvaje, hasta el punto de que las autoridades conservacionistas del país la han catalogado dentro de la categoría de ‘en peligro crítico’.
Sin embargo, hay algo en el comportamiento natural de estas anguilas que las hace únicas: su extraordinaria capacidad de resiliencia, algo que queda patente en su capacidad para escapar contra todo pronóstico del estómago de sus depredadores. Lo más increíble es cómo lo logran: abriéndose paso a través de los intestinos hasta acabar escapando por las branquias de su atacante, y todo ello en un tiempo récord: tardan menos de 1 minuto.
La escena es tan sorprendentemente parecida a un argumento de ficción que los científicos que lo descubrieron, el profesor Yuha Hasegawa y Yuuki Kawabata, de la Universidad de Nagasaki, tuvieron que recurrir a un dispositivo de grabación de rayos X para comprobar cómo podía aquel pez escurridizo escapar de las fauces de sus depredadores.
Yuha Hasegawa y Yuuki Kawabata/ Universidad de Nagasaki
Una anguila japonesa (a la derecha) logra escapar a través de las agallas del pez depredador (en el centro de la imagen).
Al comprobar las imágenes, descubrieron que las 32 anguilas que actuaron como sujetos de estudio fueron tragadas enteras. De estas, todas menos cuatro intentaron escapar retorciéndose entre los intestinos de su verdugo: primero retorcían la cola, luego se introducían en el tracto digestivo hasta emerger por el esófago para finalmente huir de su depredador a través de las branquias, para su gran disgusto. Solo nueve lo consiguieron, todas ellas en menos de un minuto. ¿Cómo lo lograron">