Los camellos y los dromedarios son reconocidos desde hace miles de años por su extraordinaria capacidad para resistir largas jornadas sin consumir agua, una habilidad que los convirtió en unos candidatos idóneos para recorrer entornos áridos. Esta extraordinaria resistencia, unida a su morfología característica, propició la creencia generalizada de que la utilidad de las jorobas es precisamente la de servir de recipiente en el que almacenar el agua necesaria para su supervivencia. Una afirmación que, sin embargo, dista mucho de la realidad. Es cierto que las jorobas sirven a los camellos de recipiente. Pero no de agua, sino de grasa, que estos ungulados usan como fuente de nutrición cuando la comida escasea.
¿Por qué necesitan almacenar grasa en las jorobas">