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Este nuevo planeta descubierto tiene dos soles como en Star Wars

Un hallazgo sorprendente revela un planeta que orbita de forma perpendicular a un par de enigmáticas estrellas fallidas. ¿Un nuevo Tatooine?

Sergio Parra
Sergio Parra

Periodista especializado en temas de ciencia, naturaleza, tecnología y salud

Actualizado a

Planeta 2M1510 (AB) b

Es la primera vez que tenemos pruebas sólidas de que uno de estos "planetas polares" orbita un par de estrellas.

Durante décadas, la ciencia ficción nos ha seducido con imágenes de mundos con dos soles, paisajes bañados por una doble luz crepuscular, y planetas que desafían toda lógica astronómica

Ahora, la realidad parece alcanzar a la fantasía. Un equipo de astrónomos acaba de descubrir un exoplaneta que gira alrededor de dos enanas marrones, también conocidas como “estrellas fallidas”, en una órbita completamente perpendicular. Este raro sistema se encuentra a unos 120 años luz de la Tierra, lo bastante lejos para parecer ajeno, pero lo bastante cerca para fascinarnos.

A diferencia de Tatooine, el legendario planeta de Star Wars cuyas dos estrellas brillaban en el horizonte, el nuevo mundo no sigue un patrón elegante ni simétrico. Su órbita forma un ángulo recto respecto al plano de rotación de las enanas marrones, un comportamiento que, hasta ahora, no había sido observado en ningún otro exoplaneta

Esta configuración convierte al sistema en un verdadero bicho raro dentro de la mecánica celeste conocida.

La investigación, publicada esta semana en la revista científica Nature Astronomy, señala que este planeta no solo orbita dos cuerpos celestes, sino que lo hace en una danza casi antinatural. Las enanas marrones, más frías y menos masivas que estrellas como el Sol, no generan la suficiente presión en su núcleo para iniciar la fusión del hidrógeno, por lo que se consideran objetos “a medio camino” entre una estrella y un planeta gigante. Y sin embargo, han conseguido lo impensable: ser el centro de gravedad de un mundo completo.

Este planeta, cuyo nombre aún no ha sido formalmente asignado, traza su órbita como si cortara el plano de rotación de las enanas marrones en ángulo recto, un comportamiento que ha dejado perplejos a los astrónomos. 

Un desafío para los modelos establecidos

Este tipo de órbita perpendicular, también conocida como órbita polar extrema, desafía muchos modelos establecidos sobre la formación de planetas en sistemas múltiples. Tradicionalmente, se creía que los planetas se formaban a partir de un disco protoplanetario alineado con el plano ecuatorial de sus estrellas

Pero este caso sugiere una historia mucho más turbulenta, quizá marcada por interacciones gravitatorias violentas, colisiones tempranas o incluso la influencia de un tercer objeto invisible.

Uno de los aspectos más intrigantes del hallazgo es que este planeta no debería haber sido fácil de detectar. Las enanas marrones emiten muy poca luz, lo que complica el estudio de cuerpos que las rodean. Sin embargo, gracias al uso combinado de telescopios de infrarrojo y análisis espectroscópicos de última generación, los científicos lograron identificar su presencia indirectamente, al observar leves oscilaciones y sombras en la luminosidad de las enanas.

Los expertos sugieren que este sistema podría haberse formado en una nube de gas y polvo extremadamente inestable, o haber sido alterado por una colisión cósmica que torció violentamente la órbita del planeta. De hecho, estas condiciones tan poco habituales podrían ser más comunes de lo que pensamos, y simplemente no las habíamos detectado hasta ahora por la dificultad técnica que implica estudiar este tipo de sistemas.

De confirmarse otros casos similares, este descubrimiento podría obligar a reescribir los manuales sobre cómo nacen y evolucionan los sistemas planetarios. Porque si hay algo que la ciencia del cosmos nos enseña una y otra vez, es que las leyes del universo están hechas para ser desafiadas… incluso en órbitas imposibles.

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