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El renacimiento del Sahara: las lluvias están pintando el desierto de verde

Imágenes de la NASA revelan cómo intensas precipitaciones están reviviendo el Sahara, pero ¿es este fenómeno tan sorprendente como parece?

Sergio Parra
Sergio Parra

Periodista especializado en temas de ciencia, naturaleza, tecnología y salud

Actualizado a

Imagen satelital del Sahara en septiembre

El desierto del Sahara, hace unos 10 mil años, era una región verde y fértil con ríos, lagos y abundante vida salvaje. De hecho, pinturas rupestres y fósiles indican que estuvo habitado por animales y humanos en un entorno mucho más húmedo. 

En la actualidad, el Sahara está experimentando un giro sorprendente que alberga ecos de su pasado: sus arenas están siendo salpicadas por un verde inesperado. Imágenes satelitales capturadas por la NASA muestran brotes de vegetación en una de las regiones más secas del planeta, consecuencia de lluvias torrenciales que azotaron el noroeste de África a principios de septiembre.

Aunque las lluvias en el Sahara no son del todo inusuales durante los veranos, lo que destaca en este caso es la magnitud del evento. Un ciclón extratropical, que se formó sobre el Atlántico, desató precipitaciones intensas sobre áreas normalmente desprovistas de vegetación en Marruecos, Argelia, Túnez y Libia. Estas zonas, que suelen recibir apenas unos milímetros de agua al año, fueron testigos de una transformación temporal, donde los paisajes desolados se tornaron en un escenario donde la vida vegetal comenzaba a emerger.

 

El impacto de las lluvias en el noroeste del Sahara

Las imágenes capturadas por el satélite Terra de la NASA, mediante el sensor MODIS (Moderate Resolution Imaging Spectroradiometer), permiten observar el antes y el después de estas lluvias. En las instantáneas del 10 de septiembre, el paisaje se muestra salpicado de tonos azules y verdes que indican la presencia de agua y vegetación en zonas que apenas un mes antes permanecían desérticas. El color azul varía en intensidad, reflejando tanto la profundidad del agua como la cantidad de sedimentos suspendidos, mientras que el verde resalta las áreas donde la vegetación ha empezado a florecer.

Comparación del Sahara entre agosto y septiembre

El MODIS (Espectroradiómetro de Imágenes de Resolución Moderada) en el satélite Terra de la NASA captó esta imagen de color falso (derecha) del agua de inundación resultante el 10 de septiembre de 2024. La imagen de la izquierda muestra la misma zona el 14 de agosto, antes de la tormenta. La sombra de azul está influenciada por la profundidad del agua y la cantidad de sedimentos suspendidos. La vegetación parece verde.

Aunque la mayor parte del agua cayó en zonas poco habitadas, algunas aldeas en Marruecos sufrieron las consecuencias de inundaciones repentinas, dañando infraestructuras y afectando servicios esenciales como el suministro eléctrico y el al agua. Sin embargo, lo más sorprendente es el llenado de lagos secos, un fenómeno inusual en esta parte del mundo.

Un evento extraordinario

Moshe Armon, académico del Instituto de Ciencias de la Tierra en la Universidad Hebrea de Jerusalén, destaca en la web NASA Earth Observatory que, aunque la región recibe algo de lluvia cada verano, lo excepcional de este año ha sido la participación del ciclón extratropical. Este fenómeno meteorológico atrajo humedad desde África ecuatorial hacia el norte, empapando regiones que normalmente no experimentan este tipo de precipitaciones.

Según los datos preliminares proporcionados por el sistema IMERG de la NASA, que utiliza múltiples satélites para medir la acumulación de lluvia, algunas áreas recibieron más de 200 milímetros de agua, una cantidad equivalente a lo que suele caer en todo un año. Estas estimaciones son cruciales, ya que la falta de pluviómetros y estaciones de radar en la región hace difícil monitorizar estos eventos a nivel terrestre.

Además, lagos secos que no veían agua en décadas están comenzando a llenarse. Entre estos, el lago de Iriqui en Marruecos ha captado la atención de los investigadores, quienes han observado su rápida transformación tras las lluvias. Armon y su equipo, quienes han estado analizando datos de las últimas dos décadas, han identificado solo seis eventos previos que produjeron resultados similares en la región. Uno de los lagos que están monitoreando de cerca es Sebkha el Melah, en Argelia, conocido por su suelo salino y su propensión a llenarse en raras ocasiones.

Un cambio climático a pequeña escala

El estudio realizado por Armon y sus colegas revela que este tipo de precipitaciones intensas en el Sahara, aunque no son frecuentes, se han vuelto más frecuentes en los últimos años. Su investigación analizó más de 38.000 eventos de lluvias intensas en el desierto entre 2000 y 2021, encontrando que aproximadamente el 30% de estos ocurrieron durante el verano. 

Con todo, si bien este verdor repentino en el Sahara es un espectáculo fascinante, no es indicativo de un cambio permanente en la ecología del desierto. Sin embargo, pone de relieve los efectos de fenómenos meteorológicos extremos y cómo pueden alterar temporalmente incluso los ecosistemas más áridos del planeta. Para algunos, esta visión de un Sahara verde evoca imágenes de un pasado distante, cuando la región fue un lugar fértil y lleno de vida hace miles de años. ¿Podría el cambio climático estar revirtiendo este proceso, aunque sea brevemente?

 

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