El océano es un lugar repleto de criaturas espectaculares, muchas de ellas parecen sacadas de una película de ciencia ficción o incluso con aire de otro planeta. Ahora, una expedición al Golfo de México de NOAA Fisheries, una oficina dentro de la istración Nacional Oceánica y Atmosférica, se topó con una de estas maravillas de la naturaleza pero en tamaño minúsculo: un cangrejo real en sus primeras etapas de la vida.
"¡Este es el cangrejo más lindo, más espinoso y más pequeño del mundo! (No nos cites, se llama hipérbole)", comentaron los responsables de NOAA Fisheries en un vídeo publicado en la red social X (anteriormente Twitter) y que ya tiene más de 10,5 millones de visualizaciones.
Un cangrejo bebé
Este pequeño cangrejo, cuyo nombre científico es Neolithodes agassizii, es una especie de cangrejo real nativo del Atlántico occidental. Suelen vivir a más de 200 metros de profundidad, con una profundidad máxima de 1.900 metros. Sin embargo, este bebé de cangrejo real apareció en la superficie en una bolsa de plástico sacada del fondo del mar durante la expedición –afortunadamente–, y los investigadores de NOAA no dudaron en salvar a la pequeña criatura, inmortalizar este momento y compartirlo con el mundo, siendo conscientes de que el vídeo tardaría poco tiempo en hacerse viral, dado lo curioso del hallazgo mientras recolectaban muestras de especies de corales mesofóticos y de aguas profundas para su crianza y propagación en laboratorio.
El rey de los crustáceos
Esta especie se encuentra en varias regiones, principalmente en las aguas de América Central y del Sur, incluidos los océanos Pacífico y Atlántico y una de sus características físicas más sobresaliente lo representan sus espinas que se encuentran alrededor de los márgenes de su caparazón que, además, son ligeramente más grandes que las de su superficie dorsal.
El cangrejo real suele denominarse el “rey de los crustáceos” por su impresionante tamaño y también por su valor económico, ya que su carne es muy apreciada en la cocina, sobre todo la especie más famosa, el cangrejo real rojo (Paralithodes camtschaticus), que puede tener una envergadura de patas de hasta 1,8 metros y pesar más de 10 kilogramos. Su enorme tamaño y sus impresionantes garras los convierten tanto en un depredador como en un premio en el mundo submarino. Lo que quizá no esperábamos es que las crías de cangrejos reales podían ser tan adorables (a pesar de sus pequeñas púas).
La especie Neolithodes agassizii a la que pertenece este pequeño cangrejo de apenas 11 centímetros suele ser conocida como 'cangrejo real erizo' precisamente por su apariencia espinosa (cuyas espinas están realmente afiladas). Su caparazón es muy puntiagudo a diferencia de otros cangrejos reales pero sus espinas tienen un objetivo claro: evadir a los depredadores en las profundidades marinas, donde pulpos o peces grandes andan siempre al acecho de una nueva presa. Además, le dan un aire robusto, casi prehistórico, por lo que es una de las especies visualmente más singulares del océano.
Vivir a esas profundidades en las que se suele encontrar esta especie de cangrejo real significa soportar una presión extrema y temperaturas gélidas: un hábitat en el que pocas criaturas pueden sobrevivir. Debido a su hábitat habitual es difícil estudiarlo u observarlo, de ahí que sea un hallazgo científico muy interesante.