El deseo de vivir lo máximo posible ha impulsado una interesante industria de estilo de vida así como una serie de investigaciones científicas con la intención de descubrir los secretos de las personas que tienen vidas excepcionalmente largas.
Cada vez hay más personas en el mundo que viven hasta los 100 años pero, ¿y los que viven aún más? Se considera un supercentenario a aquella persona que supera los 110 años con buena salud, como el caso de Maria Branyas, que fue la persona más longeva del mundo y un caso de estudio clave en la ciencia del envejecimiento.
Precisamente así lo atestigua Manel Esteller, jefe del Grupo de Epigenética del Cáncer del Instituto Josep Carreras y una de las máximas autoridades mundiales en epigenética, envejecimiento y cáncer en una entrevista para National Geographic; Esteller examinó el caso de esta catalana para descubrir los secretos de una vida larga y saludable, centrando su investigación en el ADN y la epigenética, buscando diferencias entre personas longevas y el resto de la población. ¿Cuál es el secreto de su longevidad? ¿Cómo sobrevivió tanto tiempo?
Una genética excepcional: el secreto inscrito en su ADN
Para empezar, el perfil genético de Maria Branyas le otorgó una ventaja única: su edad biológica era 17 años menor que la cronológica, un factor clave que protegió su organismo de enfermedades cardiovasculares, demencia y otros trastornos asociados al envejecimiento.
También provenía de una familia con genética privilegiada, ya que sus antepasados vivieron igualmente muchos años. Y es que la genética es, sin duda, un componente crucial en el puzle general del envejecimiento, ya que algunos individuos nacen con cierta predisposición a vivir más tiempo y de forma más saludable, es decir, con menor riesgo de enfermedades. Pero no es lo único.
Un microbioma intestinal único que reforzó su sistema inmunológico
Tal y como explica el doctor Esteller, los análisis de Branyas mostraron que su flora intestinal era increíble, similar a la de un niño, presentando bajos niveles de inflamación y una composición óptima para fortalecer su sistema inmune. El poseer este microbioma intestinal tan 'puro' condicionó favorablemente su capacidad para mantenerse sana y activa hasta una edad avanzada. Nunca tuvo cáncer e incluso a pesar de contagiarse de la COVID-19 durante la pandemia, consiguió superar la enfermedad.
Hábitos saludables: alimentación, ejercicio y ausencia de tóxicos
Branyas vivió en un entorno favorable desde todas las perspectivas posibles. Vivió en Olot (Cataluña), y el sur de Europa está delimitado como una de las regiones del planeta que favorecen vivir más; esto sumado a una dieta mediterránea equilibrada, actividad física moderada y no practicar ningún hábito perjudicial para la salud como consumir tabaco o alcohol, jugaron un papel determinante en su longevidad.
Si bien no podemos cambiar nuestra genética hay factores que sí podemos emular, como luchar por nuestra estabilidad emocional. Branyas decía huir de las personas tóxicas; estas relaciones solo nos aportarían estrés, que sabemos que en grado severo, tiene el poder hacernos envejecer.
Un caso excepcional
Estas tres claves científicas, genética, microbioma y hábitos saludables, hicieron que la catalana llegase a ser la persona más longeva del mundo.
Estamos en un momento de la historia en el que cada vez vivimos más, pero queremos vivir también mejor. Solo en el siglo XX, apenas 92.000 personas superaban los 100 años; en 2021, la cifra ascendió a 621.000 y se espera que en algunas décadas mas, en 2050, esa cifra llegue a 3,7 millones de personas.
Desentrañar las claves de supervivencia de Maria Branyas podría ayudar al desarrollo de fármacos que retrasen el envejecimiento sin afectar a la calidad de vida.
Suscríbete a nuestro canal de WhatsApp y recibe las últimas noticias sobre Ciencia, Animales y Medio Ambiente, así como las mejores fotos al estilo National Geographic.