Recientes investigaciones llevadas a cabo por geocientíficos de la Universidad de Sydney y la Sorbona han arrojado luz sobre uno de los misterios de las profundidades del vasto océano, donde la luz del sol apenas se filtra, revelando una conexión fascinante entre las órbitas de la Tierra y Marte y la dinámica de las corrientes oceánicas profundas.
Este estudio, publicado en Nature Communications, no solo profundiza nuestro entendimiento de los procesos geológicos y climáticos a gran escala, sino que también ofrece nuevas perspectivas sobre cómo podrían modelarse los futuros climáticos.
El ciclo de 2,4 Millones de años
Los científicos, liderados por la Adriana Dutkiewicz, ARC Future Fellow del Grupo EarthByte de la Universidad de Sydney, junto con Dietmar Müller (Universidad de Sydney) y el asociado Slah Boulila (Sorbona), descubrieron un ciclo sorprendente de 2,4 millones de años en el que la intensidad de las corrientes oceánicas profundas aumenta y disminuye.
Este fenómeno, hasta ahora poco evidenciado en el registro geológico, ha sido denominado "ciclos astronómicos grandes", una secuencia temporal predicha a partir de las interacciones entre las órbitas de la Tierra y Marte.
Este descubrimiento se basa en más de medio siglo de datos obtenidos mediante perforaciones científicas en cientos de sitios alrededor del mundo, permitiendo a los investigadores entender la vigorosidad de las corrientes oceánicas a través del tiempo.
Corrientes oceánicas profundas.
La clave de este ciclo reside en cómo la gravedad de los planetas del Sistema Solar interfiere entre sí, modificando la excentricidad de sus órbitas, lo que para la Tierra se traduce en periodos de mayor radiación solar entrante y un clima más cálido en ciclos de 2,4 millones de años.
Remolinos submarinos gigantes: guardianes de las profundidades
El estudio también arroja luz sobre el papel crucial que desempeñan los remolinos submarinos gigantes en la regulación de la temperatura oceánica. Estos vórtices, que a menudo alcanzan el lecho marino abisal, actúan como importantes agentes de mezcla en los mares cálidos, posiblemente mitigando la estancación oceánica que algunos predicen podría seguir a una ralentización de la Circulación Meridional del Atlántico (AMOC, por sus siglas en inglés).
La AMOC es responsable de mantener climas templados en Europa y de la distribución de masas de agua entre latitudes altas y bajas. Sin embargo, los remolinos oceánicos profundos parecen jugar un papel igualmente importante en la ventilación del océano durante climas cálidos.
La implicación de estos hallazgos es amplia, sugiriendo que los océanos más cálidos poseen una circulación profunda más vigorosa, lo que podría prevenir la estancación oceánica incluso si la AMOC se detiene completamente. Esta revelación es fundamental para entender cómo la interacción entre diferentes procesos que impulsan la dinámica oceánica profunda y la vida marina podría desarrollarse en el futuro.
Hacia modelos climáticos mejorados
Los autores del estudio esperan que estos resultados contribuyan a la construcción de modelos climáticos más precisos. Comprender la complejidad de las interacciones planetarias y su impacto en las corrientes oceánicas es esencial para prever y mitigar los efectos del cambio climático.
Así, la investigación destaca no solo la importancia de las corrientes oceánicas en la regulación del clima global, sino también cómo eventos astronómicos a gran escala pueden influir directamente en la dinámica terrestre, abriendo nuevas vías de investigación y subrayando la complejidad del sistema Tierra.