Las entrañas de la Tierra han vuelto a estremecer el sur de Italia. La región de Apulia, en la costa del Gargano, ha registrado una secuencia de catorce terremotos desde el pasado viernes, siendo el más intenso de 4,7 grados en la escala de Richter.
Este fenómeno ha sembrado la inquietud entre la población, desatando escenas de pánico y obligando a las autoridades a tomar medidas preventivas. Al mismo tiempo, la provincia de Nápoles continúa experimentando actividad sísmica en los Campos Flégreos, la enorme caldera volcánica que late bajo su suelo.
Los temblores en Apulia, aunque no han causado daños materiales ni víctimas, han generado una gran preocupación en municipios cercanos como San Nicandro, Lesina y Apricena. En respuesta, el alcalde de San Nicandro, Matteo Vocale, ha decretado el cierre temporal de las escuelas para permitir inspecciones en las infraestructuras.
Un panorama similar se ha vivido en Basilicata, donde un sismo de 4,2 grados sacudió la ciudad de Potenza, obligando a evacuar escuelas y lugares de trabajo. La Protección Civil italiana ha confirmado que, hasta el momento, no se han reportado daños significativos.
¿Por qué hay tantos terremotos en Italia?
Italia es uno de los países con mayor actividad sísmica en Europa debido a su ubicación geológica. La península se encuentra en un área de colisión entre la placa euroasiática y la placa africana, dos enormes masas de la litosfera terrestre que están en constante movimiento.
Esta interacción es responsable no solo de los frecuentes terremotos, sino también de la formación de los Apeninos, la presencia de volcanes activos como el Etna y el Vesubio, y la existencia de fallas geológicas que atraviesan el país.
Las placas tectónicas no son estructuras fijas; se desplazan lentamente, acumulando tensiones que, cuando se liberan, provocan terremotos. En el caso de Italia, el empuje de la placa africana hacia el norte contra la euroasiática genera múltiples zonas de deformación. Sin embargo, la situación es aún más compleja porque, entre estas dos grandes placas, se encuentra la microplaca adriática, que tiene un papel clave en la sismicidad italiana.
La microplaca adriática es una porción de la antigua placa africana que se está hundiendo lentamente bajo la placa euroasiática. Su desplazamiento genera esfuerzos tectónicos en el sur y centro de Italia, desencadenando terremotos en regiones como los Apeninos, Calabria y Sicilia. Además, el giro y la compresión de esta microplaca crean fallas activas que a menudo son responsables de los sismos destructivos que han afectado a Italia a lo largo de su historia.
Zonas más afectadas y ejemplos históricos
Las áreas más propensas a terremotos en Italia incluyen:
Los Apeninos centrales y meridionales: esta cadena montañosa es una de las más activas sísmicamente de Europa. En 2016, un fuerte terremoto de magnitud 6,2 sacudió Amatrice, causando devastación y numerosas víctimas.
Calabria y Sicilia: son regiones de intensa actividad sísmica debido a la subducción de la microplaca adriática bajo el mar Jónico. En 1908, un terremoto seguido de un tsunami destruyó la ciudad de Messina, dejando más de 80.000 muertos.
El norte de Italia: aunque menos activo que el centro y el sur, también ha experimentado terremotos importantes, como el de Emilia-Romaña en 2012.
El papel de los volcanes en la actividad sísmica
Italia alberga algunos de los volcanes más famosos y peligrosos del mundo, como el Vesubio, el Etna y el Estrómboli. Aunque los terremotos tectónicos son el resultado del movimiento de las placas, los volcanes pueden generar sismos debido a la presión del magma en el subsuelo.
Por ejemplo, el área de los Campos Flégreos, cerca de Nápoles, es una caldera volcánica activa que experimenta pequeños terremotos recurrentes, reflejo del ascenso del magma en el interior de la corteza terrestre.
PERSISTE LA INQUIETUD
El epicentro del reciente sismo en Basilicata se localizó a seis kilómetros de Vaglio Basilicata, con una profundidad de 14 kilómetros, según el Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología (INGV). Su impacto se sintió en varias regiones aledañas, incluidas Apulia y Campania. En Potenza, una ciudad con cerca de 70.000 habitantes, la sacudida provocó el pánico entre los residentes, que se precipitaron a las calles en busca de seguridad.
La inquietud persiste en el sur de Italia. Mientras la ciencia avanza en la comprensión de estos eventos, la naturaleza sigue recordándonos su fuerza incontrolable. En esta danza sísmica que sacude la península, la preparación y la prevención siguen siendo las mejores herramientas para mitigar el impacto de los temblores que, tarde o temprano, volverán a hacer temblar el suelo italiano.
